miércoles, 24 de abril de 2013

Unión

Nada puede existir a menos que tú compartas su existencia. (T.28.V.1.10) (Pág. 677)

martes, 23 de abril de 2013

El Cielo está ya perfectamente preparado para recibir a los Niños de Dios

Gracias a ti por todo. La paz nos cuida. El Amor nos acoge en Su Ser, y mientras dormíamos Él ha cuidado nuestro Jardín del Edén, nuestro Hogar, para que cuando despertemos lo tengamos todo perfectamente a nuestro gusto. ¡Va a ser una gozada volver a disfrutar de la Verdad! ¡Esta vez sin más chistes ilusorios, sin más sueños trágicos de separación, sino el Gozo perfecto eternamente siempre! Mientras despertamos a Esto, procuramos ayudar a nuestros hermanos y así que se sientan inspirados a despertar junto con nosotros. La Fiesta del Despertar va a ser completamente feliz precisamente porque en esta Fiesta vamos a estar todos unidos, sin que falte ni uno solo de nosotros.

El Paraíso ya está preparado, limpísimo y repleto de infinitas Aventuras Reales de Amor y de Felicidad para disfrutar por toda la eternidad. El Amor ha preparado todo y el Paraíso está ansiosamente feliz de darnos todo lo Bueno y Perfecto que tiene para nosotros. Todo está preparado. Solamente falta que lleguemos nosotros, los Niños amados del Padre. Y ya hemos decidido recordar la Verdad. Y el gozoso retorno está garantizado por Dios.

Mejor, imposible :-)

lunes, 22 de abril de 2013

Decidiendo correctamente para el despertar

Tomado de un reciente mail, con un complemento añadido al final:

¡Hola, todo bien por aquí, perdonando todo lo que sea oportuno jejeje!

Siempre que nos sentimos mal, por mucho o poco que sea... siempre que sentimos malestar, incomodidad, irritación, enfado, culpabilidad, miedo, tristeza, etc, es porque hemos decidido erróneamente.

Visto así, sentirnos mal es una decisión. Y es así. Y es así siempre.

Siempre que nos sentimos menos que completamente felices y en paz, hemos tomado una decisión errónea, basada en el ego y no en el Espíritu Santo.

Y felizmente siempre hay una sencilla solución a esto: elegir de nuevo, esta vez unidos al Espíritu Santo, entregándole a Él todo asunto, para que Él lo sane y nos guíe en la manera de percibirlo. Ante todo le entregamos nuestras decisiones, nuestra manera de ver cada asunto: nos vaciamos de nuestras presuposiciones, nos vaciamos de juicios, de nuestras ideas previas. Así dejamos un "espacio libre" en nuestra mente para que Él nos llene con Su manera de percibirlo todo amorosamente y en paz.

Sobre este tema es buenísimo releer la sección T.4.IV, en las páginas 69-71 del Texto, titulada: "Esto no tiene por qué ser así".

Nos recuerda que nuestra mente es una con la de Dios, nos sugiere que vigilemos nuestra mente con sumo cuidado (esto es un consejo también de Ramana Maharshi y del advaita), que juzguemos por nuestros sentimientos cuán bien o mal hemos elegido, y cuando detectemos que hemos elegido erróneamente, deshagamos nuestra mala decisión y elijamos de nuevo, con la percepción correcta que compartimos con el Espíritu Santo. Nos dice también que recordemos que no carecemos de nada y algunas aclaraciones más muy bien expuestas, además en un orden profundo que nos inspire profundamente, pues UCDM está escrito dice Gary Renard que "holográficamente". Esta sección la releí hace unos pocos días y es estupenda.

En cuanto a lo de la lección 138 (titulada: "El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir"), la frase "Mas lo que es verdad en la creación de Dios no podrá ponerse de manifiesto aquí hasta que no se refleje en alguna forma que el mundo pueda entender". (L.PI.138.2.5) (Pág. 282) quiere decir que para despertar al conocimiento de manera completa hay que pasar primero por la percepción correcta. Es algo que UCDM repite en diversos pasajes con diferentes palabras, por ejemplo cuando dice que despertar de repente sería demasiado brusco y se requiere de un sueño feliz que preceda al total despertar.

Es necesaria la percepción correcta para alcanzar de manera permanente (sahaja samadhi) la consciencia del Cielo o conocimiento. Esto se debe (también lo explica UCDM) a que el conocimiento no es el antídoto de la percepción errónea, pues la percepción y el conocimiento pertenecen por así decir a distintos niveles y jamás se tocan, jamás se encuentran, pues son ámbitos completamente diferentes: la percepción es ilusoria, mientras que el conocimiento es la verdad. El antídoto de la percepción errónea es la percepción correcta. Y eso es lo que indica esa frase que has citado: que la percepción correcta, entendible en el mundo, es una herramienta necesaria para el completo despertar.

Esto es muy útil saberlo, porque nos provee la manera de acelerar la iluminación. Últimamente he visto por internet algunos ejemplos de un par de mentes probablemente confundidas al creerse iluminadas, sin embargo parece ser que de sus explicaciones se deduce que han experimentado una revelación y no la iluminación (esto es una percepción mía, pero sea exacta o no, nos vale como ejemplo). Y en casos así, a veces se ve de lejos el ego en tales mentes (también se ve el entusiasmo y buenas intenciones de querer compartir eso tan valioso que han conocido, pero esto mezclado aún con ego). Porque haber experimentado una o varias revelaciones no es garantía de disolución total del ego, como bien sabía Ramana Maharshi cuando invitaba a algunos a seguir persistiendo hasta el final. La revelación es una buenísima ayuda (y lo más inspirador que pueda "experimentarse") y supone una altísima motivación, pero quienes la experimentan sin comprender que eso es un samadhi temporal y no es el definitivo sahaja samadhi, se pueden sentir confusos, como así sucede a veces, y entonces no hacer el "esfuerzo" de acabar de disolver el velo (pero el Espíritu Santo nos reconduce a todos, antes o después, con gran dulzura). La percepción correcta o perdón, es decidir correctamente para deshacer el velo, unidos al Espíritu Santo. Una revelación puede suceder cuando resulte útil, es como ver el Sol porque las nubes (el velo) se aclaran un rato, pero si no elegimos la percepción correcta las nubes volverán a opacar aparentemente la luz, y la confusión será inevitable, incluso si esa mente se considera "iluminada" como se ve a veces por internet (o por el mundo, pero como no suelo viajar mis ejemplos son de comentarios que he encontrado alguna vez en internet).

Por eso es tan importante la percepción correcta.

La práctica de decidir en favor de la percepción correcta (el perdón, el unirnos al Espíritu Santo) provee la posibilidad de que en un momento dado se puedan experimentar revelaciones (o incluso la iluminación directamente... la iluminación es como la revelación final, la última revelación que ya no es una "experiencia temporal", que nunca se va, y puede suceder directamente sin haber experimentado la revelación antes, o bien puede suceder habiéndose experimentado una o varias revelaciones como inspiración o "anticipo"). Aunque la percepción correcta puede desatascar temporalmente parte del velo y surgir alguna revelación, si surge la revelación el estudiante no debería atascarse ahí pensando que ya está consumado todo, porque mientras la experiencia sea temporal, es que aún se necesita de la percepción correcta para terminar de deshacer el velo completamente.

Para acabar el mail, uniendo ambos temas, decir que todo depende de nuestra decisión. Nuestros estados de ánimo dependen de nuestra decisión (de seguir la rutina mental del ego, o cambiar de mentalidad juntos al Espíritu Santo) pues los acontecimientos no tienen el poder de cambiar nuestro estado de ánimo, excepto que estemos usando un sistema mental que interpreta erróneamente los símbolos.

La iluminación, como dice Adamus y UCDM y otros, es una decisión. Se nos da en el mismo instante en que la deseamos, pero cuando la deseamos completamente, de todo corazón, desde un corazón indiviso. Como es obvio que de momento no la estamos deseando así de totalmente, se nos provee la ayuda que dice Ken Wapnick, que es como trocear el iceberg-ilusorio en trocitos y así ir perdonando o decidiendo trocito a trocito, cambiando así nuestra decisión mediante cada pequeña decisión cotidiana en favor de la verdad en lugar de seguir creyendo/decidiendo a favor de la separación. Si quiero iluminarme, lo primero de todo es mirar hacia adentro, estar atento a mi mente (pensamientos, estados de ánimo, etc), detectar cuándo me siento mal y decidir de otra manera, pues como explica esa sección que dije (y otras, aunque aquí me refiero a la sección T.4.IV), nos sentimos mal porque así lo elegimos (manteniendo la decisión de seguir usando el mundo tal como lo planeó el Ego Global: como un sistema para proyectar la culpa y hacer que parezca real, en lugar de reconocer que todo depende de uno mismo en mi interior, y que si miro adentro lo que descubriré es que no hay culpa tampoco en mí, por lo que nunca necesité proyectarla pues no la había: no hay separación ni culpa).

Repito esto porque es muy importante: Cuando me siento mal, nunca es por lo que parece haber ahí fuera (los símbolos aparentes, las circunstancias) sino que es debido a mi interpretación de esos símbolos, y toda interpretación es una decisión (decidimos usar como base para interpretar las circunstancias un sistema de pensamiento entre dos posibles: o 1) el sistema de pensamiento del ego, que es el que usamos de modo automático si no decidimos conscientemente, debido al hábito que tenemos de usarlo; o 2) el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, que es el que nos conduce a despertar, pues corresponde a la percepción correcta). Siempre que me siento mal, es porque me estoy negando a cambiar mi creencia en favor de la separación. Pero puedo elegir de nuevo, y cambiar de mentalidad, usando cada día más frecuentemente el sistema de pensamiento que me enseña el Espíritu Santo, que se basa en la percepción correcta la cual facilita el reconocimiento del conocimiento, valga la redundancia.  A veces nos negamos a este cambio de mentalidad debido a la pereza de no vigilar atentamente nuestra mente, sin estar atentos a cuando estamos dejándonos llevar por el "hábito de siglos" de seguir obedientemente las locuras en las que cree nuestro ego, y nosotros las creemos cuando nos identificamos con él. Creer en la separación tiene ese precio (el malestar), pero podemos cambiar esta creencia en cuanto estamos atentos y nos damos cuenta de nuestro malestar y de que podemos creer (más que creer sería elegir, pero al principio suele experimentarse como una creencia, pues todavía persisten las dudas) en el amor/unión/plenitud, en lugar de seguir alimentando el hábito de tomar en serio al miedo/separación/culpa. Si examinamos toda situación atentamente, notaremos que todo problema sin excepción es un símbolo de separación, y de ahí proviene la creencia/sentimiento de culpa, y consecuentemente el miedo a que las cosas "empeoren" o no "mejoren" jejeje. Pero estamos a salvo, ¡somos libres de elegir de nuevo!

No nos hemos separado de Dios. Pero los símbolos de la percepción siguen surgiendo según su programa, intentando afirmar lo contrario (la separación), pero cuando ya sabemos esto podemos reírnos (en el buen sentido) de las circunstancias y pensar para nuestros adentros: esto no es verdad... porque la verdad es que somos Uno que no se ha separado de Dios... Espíritu Santo, enséñame a percibirlo todo a Tu manera liberadora.

Estamos decidiendo cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo, cada instante, porque nuestras decisiones brotan automáticamente del sistema de pensamiento al que damos credibilidad. Cambiar de sistema de pensamiento (de mentalidad) es la clave para la percepción correcta. Releer UCDM ayuda mucho a esto (porque así se nos va contagiando el sistema de pensamiento correcto del Espíritu Santo), y practicarlo es vital porque lo que aplicamos en la práctica tiene una repercusión enorme sobre nuestra mente y cuando algo lo practicamos lo vamos tomando más en serio y se nos queda más fuertemente establecido en la memoria para volverlo a aplicar. Es una especie de "ley": ¡Creemos en lo que practicamos y entonces nos parece real! Y más vale poner nuestra fe en lo inmutablemente verdadero, que seguir mareándonos en los cambiantes ires y venires de lo ilusorio. Sólo en lo inmutable encontramos la paz, pues lo verdadero es eternamente confiable, pues nunca cambia, nunca se va, nunca se estropea, nunca falla.

En realidad todo es muy fácil cuando la moto del perdón ya está en marcha (como un hábito bien establecido), pero primero tenemos que arrancar la moto y a esto nos ayuda UCDM y el Espíritu Santo.

De todos modos, y en toda circunstancia, todo va siempre bien. El ego nos dice que algo va mal, el Espíritu Santo nos dice que todo va bien, y nosotros elegimos a quién escuchar y por lo tanto cómo nos vamos a sentir (si confiamos en el mensaje del Espíritu Santo y en la percepción correcta de que todo va bien y todo es amor, entonces nos sentiremos relajados y amorosos parezca lo que parezca pasar... ¡esto requiere práctica!).

Tooooodo va bien :-)

¡Un abrazo!

(Fin del mail)

Como complemento veamos las siguientes citas sobre el tema del elegir o de la decisión correcta. Introduzco el tema con una aclaración: en el estado natural del ser, también llamable Dios, Cielo o conocimiento (etc), no hay decisiones, no hay nada que elegir pues todo es entero (sin partes separadas entre las que poder elegir), total, completo e instantáneamente tal como es: perfecto, espléndido, ilimitado y feliz. El elegir es una ilusión. Pero aunque decidir sea algo ilusorio, decidir correctamente (la percepción correcta) es lo que deshace las ilusiones y la única manera de salir definitivamente del sueño. Por lo tanto, aunque elegir sea ilusorio y el perdón sea ilusorio, es esta ilusión benigna la que nos conduce, en la apariencia ilusoria, del sueño de dramas al sueño de felicidades, y ya sabemos por UCDM que del sueño de felicidades (la percepción correcta) surge ese último Paso Final, que ya se ha dado por así decir, pues es la Gracia intemporal, la cual nos lleva en Sus Brazos al pleno conocimiento de la eternidad intemporal.

Ahora veamos las citas:

La percepción se basa en elegir, pero el conocimiento no. (T.25.III.3.1) (Pág. 589)

     En este mundo hay que tomar decisiones, y hay que tomarlas tanto si son ilusorias como si no. (S.1.I.2.4) (Pág. 8 de El Canto de la Oración, en la edición publicada por Grano de Mostaza)

     La idea de que hay alternativas entre las que elegir es una ilusión. Aun así, dentro de esta ilusión yace el des-hacimiento de todas las ilusiones, incluida ella. (T.26.III.6.4) (Pág. 615)

Este es el mundo de los opuestos. Y tienes que elegir entre ellos a cada instante mientras el mundo siga siendo real para ti. No obstante, debes aprender cuáles son las alternativas que verdaderamente tienes (...). (S.2.I.10.1-3) (Pág, 25)


Las dos únicas alternativas son, como explica UCDM, o la percepción del ego o la percepción del Espíritu Santo, y de estas dos alternativas, solamente una tiene sentido y permite el completo despertar o iluminación. La otra alternativa, la del ego, no es nada, pues sólo supone demorar por un tiempo el despertar, ya que finalmente la percepción correcta es la única salida y se opta por ella, como así "fue" (todo el sueño ya "acabó", desde una perspectiva elevada; y desde otra perspectiva aún más elevada el sueño ni siquiera ha sucedido, pues el Hijo de Dios jamás podría ser engañado, ni siquiera por Sí Mismo, pues el engaño no existe).


     Elegir implica que la mente está dividida. El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. (T.5.II.6.6-7) (Págs. 83-84)


En la lección 138 (titulada: "El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir"), que es uno de los puntos de partida que dieron origen al anterior mail (y por lo tanto al tema de este post) se hace hincapié en la importancia de decidir (decidir correctamente es decidir con el Espíritu Santo y eso nos saca del dolor, pues lo ilusorio se desvanece y nos establecemos en la actitud de "redespertar en Dios"), por lo tanto se remarca lo que decíamos más arriba de la importancia de la percepción correcta (y el perdón es simplemente eso: percepción correcta, percepción amorosa, unificadora). Y se dice lo siguiente, que tiene su relevancia:


     Toda decisión está basada en lo que se ha aprendido. Y la verdad no es algo que se pueda aprender sino tan sólo reconocer. En este reconocimiento reside su aceptación, y al aceptarse, se conoce. Mas el conocimiento se encuentra más allá de los objetivos que nos proponemos enseñar dentro del marco de este curso. (L.PI.138.5.1-4) (Págs. 282-283)


Toda decisión que tomamos en cada instante, se basa en el sistema de pensamiento que hemos aceptado. Esto afecta a nuestro pensamiento en cada minuto del día, en cada segundo, en cada instante, por eso UCDM dice a veces que estamos constantemente eligiendo, pero mientras mantengamos dos sistemas de pensamiento en nuestra mente, mantendremos la mente aparentemente dividida, y nuestras decisiones reflejarán esta división en forma de "luces y sombras", o sea, conflicto, diversidad, cambio.  Por eso nos conviene tanto a aprender a rechazar el sistema de pensamiento del ego, y quedarnos únicamente con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo o percepción correcta.


La verdad no se puede aprender, pues el amor simplemente es. Lo que se puede es reconocer tal como es. Y para ello, debemos desembarazarnos de los obstáculos que interponemos entre nosotros y la verdad. Y desembarazarnos de los obstáculos es algo que sí se puede aprender. Y es esto lo que nos enseña el Curso. El conocimiento en sí, se halla más allá del programa de estudios de UCDM, aunque es su consecuencia natural, porque el conocimiento brota espontáneamente en la mente que deja de interferirlo. Y UCDM nos enseña precisamente a esto: a dejar de interferir el conocimiento.


El objetivo de UCDM es simplemente enseñarnos cómo volver la mente hacia adentro, o dicho en otras palabras: nos enseña a elegir correctamente y así efectuar el cambio de mentalidad. Este cambio de mentalidad significa simplemente aprender a perdonar. Y aprender a perdonar es la meta de UCDM. Cuando la práctica del perdón se generaliza hacia todas las ilusiones, ese estado se llama "mundo real" o "sueño feliz". En este estado fluye la paz. Y esta paz resultante de elegir el cambio de mentalidad llamado "perdón" (volver la mente adentro, lo cual equivale a lo que en otras tradiciones se llama "discernimiento" y "autoindagación", aunque cada concepto tiene algunas sutilidades o matices) es todo lo que necesitamos. Nada más. Y UCDM no enseña más allá de eso. En esta paz no se interfiere con el conocimiento, y podemos aprender a dejar de perturbar esta paz (dejando de elegir basándonos en el sistema de pensamiento del ego). Y como en el mundo perdonado (mundo real o sueño feliz) no se interfiere con el conocimiento, el conocimiento brotará espontáneamente por Sí Mismo, por Gracia. Esto no puede ser forzado, pues es Gracia. Es Amor. Nuestro pequeño papel es simplemente aprender a perdonar (esto incluye perdonar nuestra impaciencia, y también la apariencia del "tiempo", el cual es otro símbolo ilusorio de separación porque parece separarnos de nuestra plenitud o de nuestra total iluminación). El resto se nos dará, e incluso en el perdón, basta que estemos dispuestos a aprenderlo, el resto se nos proveerá.

Como dice UCDM; nuestro espíritu ya está iluminado por así decirlo (ya es lo que es, perfecto intemporalmente), por lo que no podemos mejorarlo: mejorar lo perfecto es imposible. Pero llamamos "iluminación" a recobrar la plena conciencia de nuestro ser o espíritu, y eso es una cuestión de limpiar nuestra mente de las percepciones erróneas que habíamos aceptado. Por lo tanto, desde este punto de vista, se dice que la iluminación es para la mente, no para el espíritu. Y aunque el espíritu no se puede aprender (es lo que es), sí podemos aprender a vaciar nuestra mente de los juicios o falsos conceptos que habíamos aceptado. Y esto nos lleva a la paz de la percepción correcta. No es necesario nada más. 


Nuestro pequeño papel es simplemente estar dispuestos a aceptar la percepción correcta o perdón: el mundo perdonado en el que fluye la paz. Y aunque el mundo perdonado sea otra ilusión, es la última de las ilusiones, y es una ilusión feliz en la que fluye la paz. Y sin ningún esfuerzo ni control por nuestra parte, de la paz brotará la Paz inefable. Confiemos en esto, porque es así y solamente nuestra decisión nos separa temporalmente de experimentarlo. Y el tiempo es una ilusión. Decidir es otra ilusión, pero elegir con el Espíritu Santo en favor del despertar es la ilusión que desvanece el resto de las ilusiones, incluida ella misma.


¡Tenemos motivos para celebrar!


¡Saludos!

sábado, 20 de abril de 2013

Silencio interior

     En la quietud todas las cosas reciben respuesta y todo problema queda resuelto serenamente. (T.27.IV.1.1) (Pág. 646)

viernes, 19 de abril de 2013

Balbuceos no-duales

     De todos los mensajes que has recibido y que no has entendido, sólo este curso está al alcance de tu entendimiento y puede ser entendido. Éste es tu idioma. Aún no lo entiendes porque tu comunicación es todavía como la de un bebé. No se puede dar credibilidad a los balbuceos de un bebé ni a lo que oye, ya que los sonidos tienen un significado diferente para él, según la ocasión. Y ni los sonidos que oye ni las cosas que ve son aún estables. Pero lo que oye y todavía no comprende será algún día su lengua materna, a través de la cual se comunicará con los que le rodean y ellos con él. Y esos seres extraños y cambiantes que se mueven a su alrededor serán quienes lo consuelen, y él reconocerá su hogar y los verá allí junto con él. (T.22.I.6) (Pág. 525)

Releer frecuentemente UCDM tiene su premio: se va entendiendo más y más, cada vez mejor. Releer UCDM nos ayuda a ir entendiendo un bellísimo mensaje (el cual brilla en nuestro propio Corazón) del cual al principio quizá no captamos mucho, como pasa con los bebés. Mejorar la comprensión de la enseñanza no-dual producirá una mejora de nuestra práctica (o sea, en nuestra actitud de perdón o discernimiento o autoindagación, que son lo mismo). Nuestra práctica sucede al principio casi como los balbuceos de un bebé (aplicamos ideas sin comprenderlas del todo) pero paulatinamente el mensaje va cobrando más sentido en nuestra mente y así nuestra práctica se convierte en un acelerado, confiable y feliz despertar, el cual compartimos con todos.

Lo primordial es usar lo que sabemos: aplicar lo que comprendemos (sea "mucho" o "poco"), usándolo en nuestra vida cotidiana. Así hacemos sitio en nuestra mente para reconocer la paz que nos envuelve. Y así, incluso para los estudiantes que ya acabaron las prácticas formales del Libro de ejercicios, seguir releyendo UCDM se convierte en una manera de aumentar el entendimiento, así mejorar la práctica y acelerar el despertar. El mero hecho de releer una y otra vez UCDM constituye una especie de purificación para nuestra consciencia. La lectura aumentará nuestra comprensión del mensaje, y esto nos animará a practicarlo cotidianamente: permitiendo que suceda la autoindagación o cambio de mentalidad. La paz nos está esperando desde siempre, pues es nuestro propio Ser, y en el fondo la "práctica" del perdón o discernimiento o autoindagación significa simplemente dejar de negar nuestro verdadero Ser. Al dejar de negar al Amor, nos reconocemos como el Amor que eternamente somos.

Lo que una vez fueron balbuceos fue el comienzo del reconocimiento de la paz. De los balbuceos se pasó a un mayor entendimiento y finalmente al pleno reconocimiento de la paz y de la verdad. Para no demorarnos más tiempo del necesario en la etapa de los balbuceos conviene estar motivados y desear sinceramente el despertar y el reconocimiento del puro amor. Al igual que los bebés primero no reconocen nada (ni siquiera a sus papás) y posteriormente van reconociéndolo todo, incluso las palabras, debido a la inmensa atención que prestan, si los estudiantes de la no-dualidad prestamos tanta atención al mensaje no-dual como la que prestan los bebés, pasaremos oportunamente de la comprensión ligera o balbuceos a una mayor comprensión, confianza y paz, amigándonos rápidamente con el despertar.

Esto lo expreso respecto a UCDM pero es aplicable a cualquier vía de la no-dualidad, las cuales en el fondo no son sino diversas variantes o formas de un mismo "curso para el despertar", por así decirlo. 

Un par de citas donde se nos aconseja la relectura de UCDM (obviamente son consejos dedicados a estudiantes de UCDM):

ARTEN: «La lectura del Texto del Curso y del Libro de Ejercicios no tiene sustituto posible, incluso después de haber hecho las lecciones» (página 443 según la versión de la editorial SIRIO de «La Desaparición del Universo», al menos de la edición que yo tengo porque creo que quizás lo han reeditado pues lo he visto con una portada nueva; si no coincide la página, está al final del libro casi, es la página 443 de 445 páginas según la numeración del que tengo).

PURSAH: «El Libro de Ejercicios [...] lo único que tienes que hacer es leerlo de vez en cuando después de haberlo practicado. Siempre es bueno releer las diferentes partes del Curso para refrescar ideas. Eso impide que el ego recupere puestos, lo que sin duda hará si no te mantienes vigilante» (página 109 de «Tu Realidad Inmortal», en Grano de Mostaza).

Y también de los libros de Gary Renard extraigo las siguientes reflexiones sobre lo idóneo que son las "repeticiones", tanto a la hora de repasar la enseñanza (relecturas) como a la hora de practicar el perdón:

Un párrafo del libro "Tu Realidad Inmortal" (de Gary R. Renard, el mismo autor de "La Desaparición del Universo") dice:

A veces puede parecer que estás perdonando lo mismo una y otra vez. Perdonas a las personas con las que trabajas. Después vuelves al día siguiente y siguen estando allí. Pero, aunque parezca que estás perdonando lo mismo, eso también es una ilusión. Lo que está ocurriendo en realidad es que está saliendo más culpa inconsciente a la superficie de tu mente, y continuar perdonando es una oportunidad de soltarla y liberarse de ella.

Antes de eso, en el párrafo anterior, se dice:

(...) habrás tenido la experiencia de leer un párrafo del Curso que sabes que has leído antes, pero es como verlo por primera vez. Esto también ocurre cuando la gente relee La Desaparición del Universo. Saben que ya han leído las palabras antes, pero les llegan a otro nivel completamente diferente. Las palabras no han cambiado pero ellos sí. El ego está un poco más deshecho y ahora ven las palabras desde otro punto. La repetición es importante no sólo a la hora de aprender estas ideas, sino a la hora de practicar el perdón.

(Las frases en negrita las he resaltado yo). Mediante los repasos de UCDM experimentaremos el paso de los "balbuceos" al comenzar a ver "nuevas ideas" como si lo estuviésemos leyendo por primera vez.

En nuestras manos está el prestar atención a lo que verdaderamente deseamos. La manera de hacerlo no importa, hay muchas. Pero sí importa lo esencial: prestar atención a lo que verdaderamente deseamos. No hay prisas, y menos sabiendo que tarde o temprano todos despertaremos. Pero ¿para qué demorarnos más de lo necesario en la confusión, si la plenitud está ya disponible para todos nosotros?

¡Saludos!

jueves, 18 de abril de 2013

Fluir alegremente desde la espontaneidad divina

Este tema está tomado de un par de mails escritos hace menos de 24 horas. Ahí van ambos mails:

Mail 1:

 Hola Toni, hoy voy por la lección 135 " Si me defiendo he sido atacado" que habla sobre no hacer planes basados en el pasado, porque hacer planes es defenderse y no hay nada de que defenderse y hay que confiar y escuchar los planes de Dios que es la felicidad, y dice si tienes que hacer planes ya se te diran cuales son, hay que entregar pero uno va pensando voy a hacer esto voy a hacer lo otro jaj es una linea fina para darse cuenta si estoy confiando o estoy planeando con el ego no?
Gracias

Mail 2: 

Esto es el tema de la espontaneidad divina (en mis palabras). Lo podemos aplicar a todo, incluida la actividad de planear. Los planes surgen, simplemente surgen por sí mismos y se desvanecen por sí mismos cuando no son necesarios, sin esfuerzo por nuestra parte y sin necesidad de temer ni de controlar nada ("controlar" siempre implica miedo). Así es como lo vivimos cuando lo dejamos todo en manos del Espíritu. Pero si nos obsesionamos en querer controlar los resultados entonces la actividad de planear se convierte en defensas o caprichos basadas en el punto de vista del ego.

¿Cómo distinguir si nos estamos dejando llevar por el Espíritu o por el ego? Esto requiere práctica, pero con la práctica se vuelve muy fácil discernirlo, porque sólo podemos escuchar dos voces (o planear siguiendo los consejos de uno de estos dos consejeros), que son la voz del ego o la Voz del Espíritu Santo, y discernir ambas voces se vuelve muy fácil una vez que tenemos en cuenta lo siguiente: seguir la voz del ego siempre nos produce miedo, preocupaciones, intranquilidad, obsesión por controlar, separación, tristeza, proyección obsesiva hacia el futuro, etc. Seguir la Voz del Espíritu nos produce paz, unión, tranquilidad, felicidad, etc, y todo eso sin perder contacto con la tranquilidad del presente, sin temor al futuro.

Son dos voces completamente opuestas, así que con la práctica lograremos distinguirlas cada día más fácilmente (para esto es UCDM, tanto leer el Texto como practicar las lecciones del libro de ejercicios nos ayudan a esto). La voz del ego se disfraza bajo todo tipo de formas, a veces en maneras aparentemente "agradables" o en forma de sugerencias aparentemente "interesantes", pero si miramos sus frutos, veremos que siempre produce la pérdida de la paz, el ego nos conduce a salir del presente y preocuparnos por el futuro, nos conduce a planear para nuestro cuerpo o personalidad sin tener en cuenta a los demás, sin incluir el bienestar de los demás en el plan. Los planes del ego son separadores: mío, para mí, mi futuro, mi cuerpo, mis cosas, etc. La voz del ego se disfraza con miles de maneras diferentes, pero al final el resultado es el mismo sea cual sea el disfraz que adopta superficialmente: la pérdida de la paz y el aumento de centrarse en el propio cuerpo/personalidad sin incluir a los demás.

Un truco rápido para distinguir ambas voces: cada vez que perdemos la paz, es síntoma de que hemos tomado alguna decisión dejándonos guiar por el ego en lugar de por el Espíritu Santo.

La Voz del Espíritu Santo no separa, por lo que no ve nuestros intereses separados del bienestar de los demás, por lo que en Sus planes hay cabida para el bien de todos y nunca se pierde de vista el objetivo de despertar. Las sutilidades no necesitamos saberlas conscientemente, pero si dejamos todo en manos del Espíritu, Él se ocupa de todas las sutilidades: Él consigue que nuestras aparentes necesidades sean cubiertas teniendo en cuenta a todos y en sincronía con el bienestar de todos los demás.

Los planes del ego están obsesionados con el futuro. Acuérdate del tema del no-hacedor (no existe un "hacedor" individual separado de los demás; esto incluye hacer planes). El ego es el "hacedor" porque intenta hacerlo todo él, para controlarlo, pues teme al futuro (debido a su creencia en la carencia y en la separación) y por eso quiere controlarlo todo para tratar de hacer que su futuro sea el deseado y evitar los peligros, pues el ego cree que los peligros son posibles porque no sabe que la Vida es Amor.

Quien planea con el Espíritu no teme al futuro porque sabe que el Espíritu cubre siempre sus necesidades en todo tiempo y lugar, y por eso si surgen planes los deja fluir sin aferrarse a ellos (esto es desapego), sin perder contacto con el feliz presente. Una pista: a veces los planes "se vienen abajo" por determinadas circunstancias (si sucede es porque es bueno que eso suceda así), y cuando sucede eso el ego lo vive como una catástrofe porque estaba aferrado a ellos y le da miedo porque esos planes eran su defensa contra la vida, contra el futuro. En cambio quien planea unido al Espíritu Santo no está aferrado a los planes y no se inquieta cuando a veces "se vienen abajo", pues intuye que el propósito de esos "planes provisionales" quizás escapaba a su consciencia y que si se vienen abajo es porque surgirán cosas mejores, por lo que confía en el fluir de la vida, sabiéndose protegido por el Espíritu que siempre le acompaña, por lo que estando tan amado y protegido no necesita construir sus propias defensas egoicas. La única verdadera protección es el amor, es la luz que desvanece amorosamente (sin atacar) los ilusorios "obstáculos", y esta luz adopta en el sueño la forma del perdón.

Para el ego es una catástrofe que los planes se vengan abajo, porque sus planes son ídolos que substituyen a Dios, son su "salvación", su "defensor", su "seguridad". Pero quien decide seguir la Voz del Espíritu no se inquieta por nada que parezca suceder, ni siquiera si hay planes provisionales que debido a la espontaneidad del momento acaban desapareciendo antes de ser usados aparentemente, y no se inquieta porque ha puesto su seguridad en Dios y no en los planes. Si ponemos nuestra seguridad en los planes, perderemos la paz cuando inevitablemente fallen (los planes separados siempre acaban fallando de alguna manera), pero si ponemos nuestra seguridad en Dios, Él nos proveerá siempre, y si un plan requiere dejarse, se deja, pues las cosas se solucionan en ese caso sin plan o si se necesita otro plan, surgirá otro sin esfuerzo, espontáneamente. Dios es eterno. Los planes no. Por lo tanto lo sabio es ponernos bajo la amorosa protección de Dios, no de los planes.

Esto no significa que no podamos planear, tal como explica esa lección 135, sino que simplemente decidimos no planear separados del Espíritu Santo, y por lo tanto todo fluirá mediante las intuiciones y las circunstancias oportunas, y su surgen planes inspirados por el Espíritu, serán planes amorosos que no nos sacarán del amor presente ni perturbarán nuestra paz.

     La mente que ha sanado no planifica. Simplemente lleva a cabo los planes que recibe al escuchar a una Sabiduría que no es la suya. Espera hasta que se le indica lo que tiene que hacer, y luego procede a hacerlo. No depende de sí misma para nada, aunque confía en su capacidad para llevar a cabo los planes que se le asignan. Descansa serena en la certeza de que ningún obstáculo puede impedir su avance hacia el logro de cualquier objetivo que sirva al gran plan que se diseñó para el bien de todos. (L.PI.135.11) (Pág. 270)

Resumiendo: cuando hacemos planes desde el ego, estamos planeando para uno mismo separadamente (por miedo a la escasez con respecto a nuestro cuerpo/personalidad), mientras que cuando dejamos todo en manos del Espíritu todo fluye sin necesidad de controlar nada, y todo sucede por sí mismo ("no-hacedor"), es espontaneidad divina, en la práctica surgirán por sí mismas las circunstancias apropiadas que nos benefician a todos, y estas circunstancias apropiadas incluyen los pensamientos que nos convenga tener y los planes que nos convenga sopesar, que serán espontáneos y no nos aferraremos a ellos ni necesitamos controlar nada, pues todo se armoniza espontáneamente y estaremos seguros de esto conforme nos damos cuenta de que no hay más voluntad que la de Dios... y es feliz saber que la Voluntad de Dios es una y es lo único que existe, y esta amorosa Voluntad solamente dispone una cosa, que es nuestra total felicidad.

Escuchar la Voz del Maestro Interior (Espíritu Santo) es fácil, para empezar basta con una pequeña dosis de buena voluntad: simplemente estar dispuestos a escucharle, lo que significa estar dispuestos a aceptar que nuestro bien no está separado del bien de los demás (puesto que nuestro ser no está separado de los demás: compartimos el mismo y único Ser), y por lo tanto así aceptamos una onda amorosa en la cual no necesitamos recurrir a la ilusión de competir, sino que nos relajamos en la unión de compartir la Totalidad que todos somos. El bien es ilimitado y completo para todos (aquí se explica brevemente este matiz: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2013/04/union-o-separacion-compartir-o-trocear.html).

Todo esto es un asunto de práctica, es seguir practicando estando atentos a cuando sentimos la pérdida de la paz, para rectificar eso volviendo la mente hacia Dios, hacia la Voz del Espíritu, hacia Adentro, donde eternamente descansa nuestra ilimitada paz. Todas las lecciones se relacionan con este tema, en especial algunas como la 194 que se titula: "Pongo el futuro en Manos de Dios", que ya la encontrarás en su momento pero tal vez te agrade leer una cita del Texto que se relaciona con ambas lecciones, es la siguiente:

     Sólo el Espíritu Santo sabe lo que necesitas. Pues Él te proveerá de todas las cosas que no obstaculizan el camino hacia la luz. ¿Qué otra cosa podrías necesitar? Mientras estés en el tiempo, Él te proveerá de todo cuanto necesites, y lo renovará siempre que tengas necesidad de ello. No te privará de nada mientras lo necesites. Mas Él sabe que todo cuanto necesitas es temporal, y que sólo durará hasta que dejes a un lado todas tus necesidades y te des cuenta de que todas ellas han sido satisfechas. El Espíritu Santo no tiene, por lo tanto, ningún interés en las cosas que te proporciona. Lo único que le interesa es asegurarse de que no te valgas de ellas para prolongar tu estadía en el tiempo. Sabe que ahí no estás en casa, y no es Su Voluntad que demores tu jubiloso regreso a tu hogar.

     Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia.
(T.13.VII.12.1-8; 13.1-2)

Aparte de llamar a este tema "espontaneidad divina" también podemos llamarlo por su nombre clásico: el tema de la entrega. En el fondo toda enseñanza de no-dualidad son siempre ambas cosas: tanto una autoindagación repleta de discernimiento como una entrega. ¡Nuestra práctica mejorará conforme más practicamos jejeje!

¡Un abrazoooooooooooooo!

Los niños jugando a enviarse mails, ¡y los hemos enviado sin necesidad de hacer planes propios ni controlarlos!  ¡Viva la felicidad y la paz que nos incluyen a todos! :-)

Ahí acaba el mail (el cual he adaptado para el blog modificando alguna cosilla y añadiéndole algunos comentarios más). Finalicemos con una cita del Texto que nos puede ayudar a entender mejor esta onda del fluir en la espontaneidad divina (también podemos llamarla la onda de la "no-planificación") mediante la escucha de la Voz del Maestro Interior. Copio la cita:

     Puedes hacer mucho en favor de tu propia curación y la de los demás si en situaciones en las que se requiere tu ayuda piensas de la siguiente manera:

Estoy aquí únicamente para ser útil.

Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.

No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.

Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.

Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar.
(T.2.V.A.18) (Págs. 30-31)

Y así acaba este post. ¡Saludos!

Actualización: Acabo de ver en el blog Advaita Tenerife un post que trata alguno de los temas que explica Un Curso de Milagros, incluido el de este post y el de ser sensatos (prácticos) en la vida cotidiana, explicado con otras palabras y con brevedad, mediante unos comentarios del sabio Annamalai Swami: http://advaitatenerife.blogspot.com/2013/04/todo-es-uno.html

miércoles, 17 de abril de 2013

Unión o separación: compartir o trocear

El Ser puro es ilimitado, inmutable, eterno y plenamente feliz. Es unidad compartida plenamente Consigo Misma mediante sus infinitos Aspectos. Es un compartir ilimitado del Uno Consigo Mismo, lo cual es algo completamente opuesto a lo que el ego llama compartir.

Desde el punto de vista de la separación o ego (la dualidad), compartir implica dividir en trozos. Por ejemplo cuando unos amigos comparten un pastel, cada uno toma un trozo limitado del pastel. Creer que esto es posible es lo que hace parecer real al ego y a la separación, pues es tener fe en la creencia de la competencia, que dice que lo que uno gana, los otros lo pierden, y que para que alguien pueda ganar o disfrutar, debe haber algún otro que salga perjudicado o menos beneficiado.

Pero el verdadero compartir, el compartir ilimitado de la Unidad, se basa en la unión y en la totalidad plena, y no en la separación. Como ejemplo podríamos poner el de cuando varios amigos comparten una idea. Por ejemplo un poema o un cuento o un chiste. Al compartirlo todos pueden memorizarlo y todos poseen el poema completo (o el cuento o chiste) sin haber restado plenitud a lo que disfrutan los otros.

El Ser se asemeja a los pasteles en cuanto a dulzura (aunque no hay pastel tan dulcísimamente agradable como el puro Ser del Amor), pero en cuanto al tema del compartir se asemeja a las ideas cuando se comparten. La Unidad/Ser no disminuye cuando se comparte. Como el Ser es Uno, es Consigo Mismo con Quien se comparte (o con sus propios Aspectos, como prefiramos decirlo). Y lo que cada Aspecto del Ser comparte, es igualmente disponible para todo el Ser. Aquí no tiene cabida el espejismo absurdo de la competición, porque mientras competir significa que alguien pierde lo que otro gana, en el Ser/Unidad sucede que lo que uno gana, todos lo ganan, porque todos los Aspectos comparten el mismo Ser. Lo que uno gana supone una felicidad ilimitada para todos.

Compartir ilimitadamente y ser plenamente consciente de esta Unidad, es la infinita Felicidad de Ser.

¡Compartiendo saludos! ;-)

martes, 16 de abril de 2013

La duda

La dualidad o separación siempre implica duda, inquietud, incertidumbre. En la Unidad de Ser, la Quietud es total y no hay nunca inquietud ni duda alguna. En el puro Ser, el Amor es completo e ilimitadamente intenso, disipando la posibilidad de la duda desde mucho antes de que ni tan siquiera pudiese insinuarse.

Pero el juego o sueño o espejismo de la separación comienza con la duda y finaliza con ella: cuando se disipa la última gota de duda, el sueño acaba y se vuelve a ser consciente eternamente para siempre de la inmensamente feliz Unidad del Ser/Amor.

     Antes de que pueda haber conflicto tiene que haber duda. Y toda duda tiene que ser acerca de ti mismo. Cristo no tiene ninguna duda y Su serenidad procede de Su certeza. Él intercambiará todas tus dudas por Su certeza, si aceptas que Él es uno contigo y que esa unidad es interminable, intemporal y que está a tu alcance porque tus manos son las Suyas. Él está en ti, sin embargo, camina a tu lado y delante de ti, mostrándote el camino que Él debe seguir para encontrar Su Propia compleción. Su quietud se convierte en tu certeza. ¿Y dónde está la duda una vez que la certeza ha llegado? (T.24.V.9) (Pág. 573)

Sin embargo, cuando la mente ha "apostado" por jugar a las ilusiones hay una etapa donde está convencida de que las ilusiones son reales, y tal convicción es tan fuerte que la mente viene a decir algo así: "No tengo la menor duda de esto". A una mente así le resulta risible plantear siquiera la posibilidad de que sus ídolos (las ilusiones que valora) sean simples sueños sin realidad intrínseca. Esta actitud de creer ciegamente en las ilusiones es un obstáculo para el despertar.

     Sin embargo, tienes que aprender a dudar (...). (L.PI.151.7.1) (Pág. 298)

La mente tiene que aprender a dudar de todas las ilusiones, de todos los testigos del ego y de todas sus "pruebas" de que la separación sea real. Estar dispuesto a poner en tela de juicio todo lo que uno cree saber, es el comienzo de la sabiduría y del despertar. Por eso se dice:

      Lo esencial, sin embargo, es que reconozcas que no sabes nada. (T.14.XI.1.1) (Pág. 328)

      Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas. (T.24.IN.2.1) (Pág. 559)

Estar dispuestos a poner en tela de juicio que las ilusiones de separación/sufrimiento sean reales, es lo que nos permite amigarnos con el discernimiento mediante el cual lo falso será declarado como falso, tras lo cual la verdad brillará espontáneamente, pues la verdad es lo que siempre es, y en cuanto dejamos de tratar de bloquearla mediante ilusiones, reaparece porque es eternamente verdadera. Esto supone el final del sueño para la mente. Toda mente aparentemente separada forma parte de una sola única mente, y cada aspecto de la mente decide tarde o temprano despertar, cuando se cansa de juguetear con las ilusiones.

Resumiendo... La separación comenzó con la duda, luego de ello en pleno sueño la duda se disimuló (surgiendo una aparente convicción de que no había duda de que los acontecimientos del sueño eran reales, y sin embargo tras esa disimulada "convicción" se escondía una enorme duda aunque a menudo fuese "inconsciente"). Finalmente, la mente osó dudar de que el sueño fuese real, y así se mostró lo suficientemente receptiva como para que el Maestro o Guía interior le inspirara el discernimiento mental mediante el cual finalmente la mente despertó, disipando para siempre toda duda. La duda no volvió a surgir ni había existido nunca, porque nunca fue otra cosa que un elemento ilusorio del sueño de la separación.

Dudar es dudar de uno mismo y de la Vida, porque nuestro Ser es la Vida. Dudar implica dudar de que la Vida sea buena, y de que uno mismo sea digno de recibir lo bueno. Dudar significa creer que la Vida no es completamente buena y que podemos estar separados de la Vida o de cualquier aspecto de Ella. Cuando recordamos que solamente la Bondad existe, toda duda desaparece. Porque recordamos nuestro Ser, el cual es Amor y Bondad sin límites.

Dios es Bueno. La Vida es Buena. El Ser es Bueno. Y cualquier espejismo que parezca contradecir esto, es una mera ilusión que se desvanece cuando la miramos con los ojos inocentes del discernimiento. Esto es lo que UCDM llama "perdonar". El discernimiento o perdón significa ver lo falso como falso y así reconocer que la Vida es pura Bondad eternamente ilimitada y plenamente unida y feliz.  El discernimiento/perdón nos permite recordar nuestro eternamente inmortal Ser-Unidad.

Lo que está unido en la Unidad del Amor no está expuesto a duda ni sufrimiento alguno, y es perfectamente conocedor de lo que es y de su inmutable y eterna felicidad.

¡Saludos indudables jejeje! ;-)

lunes, 15 de abril de 2013

Desear es pedir; desear completamente es crear

Desear es pedir. Todo deseo es implícitamente una petición. Y toda petición es inmediatamente contestada y satisfecha. Me conviene, por lo tanto, ser consciente de lo que estoy pidiendo/deseando, y así desear solamente la verdad en lugar de las ilusiones (o en lugar de la verdad mezclada con ilusiones). El que desea solamente la verdad, la reconoce. Y así va a ser con todos en su momento, pues la verdad es el único "deseo" verdadero y eterno, es el único amor en lo profundo de nuestro corazón.

El deseo es una forma "primitiva" (en el sentido de "distorsionada") o "inferior" de oración. La verdadera oración es gratitud por lo que ya es. Es júbilo, es agradecimiento, felicidad y celebración. La verdadera oración va más allá del deseo porque no pide nada, pues sabe que se tiene todo y se es todo.

En otras palabras: en la verdadera oración solamente se desea la verdad, la cual ya ha sido concedida.

Sobre este tema se puede consultar el Anexo de UCDM titulado "El Canto de la Oración". Y también está relacionado con citas semejantes a las siguientes:

     Desear completamente es crear, y crear no puede ser difícil si se tiene en cuenta que Dios Mismo te creó para que fueses un creador. (T.6.V.B.8.8) (Pág. 119)

     Recordarás todo en el instante en que lo desees de todo corazón, pues si desear de todo corazón es crear, tu voluntad habrá dispuesto el fin de la separación, y simultáneamente le habrás devuelto tu mente a tu Creador y a tus creaciones. (T.10.I.4.1) (Pág. 202)

     La oración, en la forma que adopta inicialmente es una ilusión, ya que no se necesita escalera alguna para llegar hasta aquello de lo que uno nunca se alejó. (S.1.II.8.3) (Pág. 13)

     El secreto de la verdadera oración es olvidarte de las cosas que crees que necesitas. Pedir algo específico es igual que ver el pecado primero y y luego perdonarlo. Del mismo modo, al orar pasas por alto tus necesidades específicas tal como las ves, y las dejas en Manos de Dios. (...) ¿Cuál podría ser Su respuesta sino tu recuerdo de Él? (S.1.I.4.1-5) (Pág. 9)

El Ser que Dios creó no necesita nada. Está eternamente a salvo y es eternamente íntegro [entero, completo], amado y amoroso. Busca compartir en vez de obtener; extender en vez de proyectar. No tiene necesidades de ninguna clase y sólo busca unirse a otros que, como él, son conscientes de su propia abundancia. (Prefacio, pág. XIV)

     Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. (T.4.VII.5.1) (Pág. 77)

     Al aceptar su compleción, desea extenderla uniéndose a otro, tan pleno como él. No ve diferencias entre su ser y el ser del otro, pues las diferencias sólo se dan a nivel del cuerpo. (T.22.IN.3.3-4) (Pág. 522)

     Los que perciben y reconocen que lo tienen todo no tienen necesidades de ninguna clase. (T.1.IV.3.5) (Pág. 12)

     Mas la única oración que tiene sentido es la del perdón porque los que han sido perdonados lo tienen todo. (T.3.V.6.3) (Pág. 49)

En realidad no necesitamos nada, pero cuando creemos tener necesidades proyectamos un mundo que en apariencia refleja tal condición. Al creernos necesitados, estamos pidiendo un mundo de necesidades y separación, de modo que nos autoengañamos al creer que somos un cuerpo limitado incluido en un mundo externo a él. Perdonar esta creencia nos conduce al despertar y a la verdadera oración, la cual es un canto de felicidad por la bondad ilimitadamente disfrutada.

Toda petición es inmediatamente contestada. Incluso el tiempo, que es otra ilusión, es el resultado de una petición en favor de lo ilusorio, en favor de la separación. Pero como todo lo ilusorio, bien empleado puede usarse para despertar (si lo dejamos en manos del Espíritu Santo, que es el sabio y amoroso Maestro interior).

Toda petición es inmediatamente contestada porque lo que vemos es lo que deseamos. Como dice UCDM:

      El propósito de la vista es mostrarte aquello que deseas ver. (L.PI.161.2.5) (Pág. 326)

      Y lo que deseas se te concede para que lo puedas ver. (T.27.II.7.8) (Pág. 641)

      Lo que deseas es verdad para ti. (T.24.V.1.6) (Pág, 571)

     Y nadie puede dejar de ver lo que cree desear. (L.PI.130.1.6) (Pág. 250)

     Lo que desees para ti es lo que manifestarás, y lo aceptarás del mundo porque al desearlo lo ubicaste en él. (T.12.VII.7.5) (Pág. 255)

      Ves lo que esperas ver y esperas ver aquello que invitas. Tu percepción es el resultado de tu invitación, y llega a ti tal como la pediste. ¿De quién son las manifestaciones que quieres ver? (T.12.VII.5.1-3) (Pág. 255)

     Nunca te olvides de que siempre ves lo que buscas, pues lo que buscas lo encontrarás. (T.12.VII.6.3) (Pág. 255)

      La verdad se restituye en ti al tú desearla, tal como la perdiste al desear otra cosa. (T.20.VIII.1.2) (Pág. 493)

     Los sueños te muestran que tienes el poder de construir un mundo a tu gusto, y que por el hecho de desearlo lo ves. (T.18.II.5.1) (Pág. 419)

     La fe y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea. (T.21.II.8.6) (Pág. 502)

     Verás aquello que desees ver. (T.21.II.9.5) (Pág. 502)

     La visión se amolda a lo que se desea, pues la visión siempre sigue al deseo. (T.20.VII.5.6) (Pág. 492)

     Esto concuerda con la ley fundamental de la percepción: ves lo que crees que está ahí, y crees que está ahí porque quieres que lo esté. (T.25.III.1.3) (Pág. 588)

     Alegrémonos de que ves aquello que crees, y de que se te haya concedido poder cambiar tus creencias. (T.31.III.6.1) (Pág. 735)

     No podrás ir más allá de las creencias hasta que no creas plenamente. (T.6.V.C.7.7) (Pág. 122)

     Esto es lo único que tienes que hacer para que se te conceda la visión, la felicidad, la liberación del dolor y el escape del pecado. Di únicamente esto, pero dilo de todo corazón y sin reservas, pues en ello radica el poder de la salvación: Soy responsable de lo que veo. Elijo los sentimientos que experimento y decido el objetivo que quiero alcanzar. Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he pedido, y se me concede tal como lo pedí. No te engañes por más tiempo pensando que eres impotente ante lo que se te hace. Reconoce únicamente que estabas equivocado, y todos los efectos de tus errores desaparecerán. 

     Es imposible que el Hijo de Dios pueda ser controlado por sucesos externos a él. Es imposible que él mismo no haya elegido las cosas que le suceden. Su poder de decisión es lo que determina cada situación en la que parece encontrarse (...). (T.21.II.2.1 hasta T.21.II.3.3) (Pág. 500)

     Mas debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar que tu mente se olvide de ella: contemplarás aquello que sientas en tu interior. (L.PI.189.5.3) (Pág. 385)

Ves el mundo que deseas. El mundo es un reflejo de nuestros deseos. Sin embargo los deseos superficiales (producidos por nuestra identificación con el ego) no son lo que verdaderamente deseamos, pues nuestro unico deseo es Dios: la Realidad. Y más que un deseo es un Hecho, pues la Verdad ya ES. Solamente tenemos que reconocerla (no desear nada opuesto a ella) para poder disfrutar eternamente de Ella, que es nuestro propio Ser.

     no deseas realmente el mundo que ves, pues no ha hecho más que decepcionarte desde los orígenes del tiempo. (T.13.VII.3.1) (Pág. 281)

     No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. (L.PI.132.5.1) (Pág. 258)

     ¿Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo? (L.PII.231.1.6) (Pág. 441)

No hay nada más relevante que darnos cuenta de nuestro único verdadero deseo, y no desear nada más. No estamos pasivos a merced de lo que vemos, sino que todo pende de nuestra decisión:

     Sólo la mente decide si lo que vemos es real o ilusorio, deseable o indeseable, placentero o doloroso. (M.8.3.11) (Pág. 27)

La cita anterior se refiere a nuestra conciencia de lo que vivimos: si elegimos las ilusiones, las experimentaremos como si fuesen verdaderas (mientras queramos seguir autoengañándonos). Pero más allá de nuestros jueguecillos la Verdad es inmutable y esto es la garantía de nuestra liberación de las ilusiones. Sin embargo, como se ha dicho, nuestra experiencia depende de lo que decidamos ver. Y es mucho más sabio y placentero decidirnos por la verdad, en lugar de seguir padeciendo el autoengaño de experimentar los sobresaltos de las fugaces ilusiones.

     Nadie puede sufrir pérdida alguna a menos que ésa haya sido su propia decisión. Nadie sufre dolor salvo cuando él mismo así lo decide. Nadie puede estar afligido, sentir temor o creer que está enfermo a menos que eso sea lo que desea. Y nadie muere sin su propio consentimiento. Jamás ocurre nada que no sea una representación de tus deseos, ni se te niega nada de lo que eliges. He aquí tu mundo, completo hasta el más ínfimo detalle. He aquí toda la realidad que tiene para ti. Mas es sólo ahí donde se encuentra la salvación. (L.PI.152.1) (Pág. 301)

Como dice una de las citas que más me gustan del Curso:

     [El mundo que ves...] Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. (T.21.IN.1.5) (Pág. 497)

El párrafo donde aparece dicha cita es bueno considerarlo entero, pues es muy inspirador:

     La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. La percepción es un resultado, no una causa. Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido. Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay caos. (T.21.Introd.1) (Pág. 497)

Otra aclaración sobre lo mismo:

El mundo que vemos refleja simplemente nuestro marco de referencia interno: las ideas predominantes, los deseos y las emociones que albergan nuestras mentes. "La proyección da lugar a la percepción" [(T.21.Introd.1) (Pág. 497)]. Primero miramos en nuestro interior y decidimos qué clase de mundo queremos ver; luego proyectamos ese mundo afuera y hacemos que sea real para nosotros tal como lo vemos. Hacemos que sea real mediante las interpretaciones que hacemos de lo que estamos viendo. (Prefacio, páginas XIII y XIV)

En el fondo, el mundo que vemos refleja lo que creemos de nosotros mismos, es un juicio sobre uno mismo y si creemos ser unos seres débiles y limitados, ese será el mundo que veremos y en el que pareceremos estar: nos sentiremos como si fuésemos un cuerpo limitado el cual viviera en un mundo externo a él mismo. Pero si decidimos creer en nuestra grandeza ilimitada, aceptando la visión que el Espíritu Santo tiene de nosotros, pronto veremos un mundo brillante que será una ayuda para despertar, y tras despertar disfrutaremos del Cielo, que no es visto sino más bien vivido y plenamente gozado, y que es desde siempre y para siempre nuestro verdadero Hogar más allá de los cuerpos y de los límites de todo tipo, nuestra verdadera Vida la cual es ilimitada, nuestro verdadero Ser eternamente bello, pleno y feliz, el cual es Uno y no tiene límites.

     El mundo que ves no es sino un juicio con respecto a ti mismo. No existe en absoluto. (T.20.III.5.2-3) (Pág. 479)

     Ése es el mundo que ves: un juicio contra ti mismo, que tú mismo has emitido. (T.20.III.5.5) (Pág. 479)

     Todo el mundo ve sólo lo que cree ser. (T.22.I.5.2) (Pág. 524)

     El mundo que ves tan sólo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y aceptar como tuya. (T.21.IN.2.7) (Pág. 497)

     El mundo que ves es el resultado inevitable de la lección que enseña que el Hijo de Dios es culpable. (T.31.I.7.4) (Pág. 729)

     La idea de hoy introduce el concepto de que son tus pensamientos los que determinan el mundo que ves. (L.PI.11.1.3) (Pág. 19)

     El mundo que ves no tiene nada que ver con la realidad. (L.PI.14.1.4) (Pág. 24)

     El mundo que ves es lo que es imposible. (M.11.4.5) (Pág. 34)

     El mundo que ves no es más que la ilusión de un mundo. (C.4.1.1) (Pág. 92)

De uno mismo depende todo. Pues somos libres de reconocer nuestra amorosa unidad. Somos libres de reconocer la verdad. Y para reconocerla, somos libres de dejar de juzgar (lo que equivale a perdonar) en lugar de seguir jugueteando a condenar/juzgar.

Podemos reconocer la verdad inmediatamente, pues Ella se acerca a nuestra conciencia en la misma medida que nuestro deseo por Ella. El tiempo no es un obstáculo, pues es ilusorio.

      El que te hayas descarriado tan completamente ha requerido tiempo, pero ser lo que eres no requiere tiempo en absoluto. (T.15.I.9.3) (Pág. 335)

     Llevar a cabo la corrección en su totalidad no requiere tiempo en absoluto. (T.26.VIII.6.1) (Pág. 629)

El camino que nos propone UCDM es elegir el perdón en lugar de la condenación. Elegir así funciona, independientemente de que el concepto de elegir en sí sea una ilusión (al igual que el perdón es otra ilusión). Son ilusiones que ayudan a despertar del sueño y así volver a ser conscientes de que el despertar es un "viaje sin distancia" hacia una meta que nunca ha cambiado ni nunca ha estado alejada de nosotros: nuestro propio Ser, que ya es perfecto tal como es y lo seguirá siendo eternamente.

Elegir no es conocimiento (sabiduría absoluta) sino percepción (ilusión), pero dentro del mundo dual de las percepciones, elegir sabiamente es lo que despierta.  Elegir atender las inspiraciones del Maestro Interior es la única manera de recordar el conocimiento.

     La percepción se basa en elegir, pero el conocimiento no. (T.25.III.3.1) (Pág. 589)

Comparto tres citas más referidas al tema del elegir:

     En este mundo hay que tomar decisiones, y hay que tomarlas tanto si son ilusorias como si no. (S.1.I.2.4) (Pág. 8 de El Canto de la Oración, en la edición publicada por Grano de Mostaza)

     La idea de que hay alternativas entre las que elegir es una ilusión. Aun así, dentro de esta ilusión yace el des-hacimiento de todas las ilusiones, incluida ella. (T.26.III.6.4) (Pág. 615)

Este es el mundo de los opuestos. Y tienes que elegir entre ellos a cada instante mientras el mundo siga siendo real para ti. No obstante, debes aprender cuáles son las alternativas que verdaderamente tienes (...). (S.2.I.10.1-3) (Pág, 25)

Las alternativas son solamente dos. No nos engañemos con el truco de creer en las diversas alternativas ilusorias, pues todas ellas son solamente una sola: dormir en lo absurdo de la separación. Por lo tanto sólo hay dos opciones, o elegimos el amor o el miedo... o elegimos el perdón que nos despierta, o los juicios que nos mantienen dormidos. Y de estas dos opciones (perdonar o juzgar) solamente una de ellas es real, en el sentido de que nos despierta y así nos conduce a recordar la Realidad, la Plenitud de nuestro eterno Ser inmutable.

     Todas las ilusiones son una. Y en el reconocimiento de este hecho radica el que puedas abandonar todo intento de elegir entre ellas y de hacerlas diferentes. ¡Qué fácil es elegir entre dos cosas que obviamente son distintas! En esto no hay conflicto. (T.26.III.7.2) (Pág. 615)

O elegimos seguir jugueteando a soñar ilusiones de padecimientos y separación, o elegimos despertar de todo lo ilusorio. No podemos mezclar ambas opciones. No podemos estar despiertos y a la vez durmiendo. No podemos estar sufriendo y a la vez disfrutando del perfecto gozo de la eternidad.

     ¿Crees acaso que la verdad puede ser tan sólo meras ilusiones? Las ilusiones son sueños precisamente porque no son verdad. El hecho de que la verdad esté ausente de todas ellas por igual es la base del milagro, lo cual quiere decir que has entendido que los sueños sueños son, y que escaparte de ellos depende, no del sueño en sí, sino de que despiertes. ¿Cómo iba a ser posible conservar algunos sueños y despertar de otros? La elección no es entre qué sueños conservar, sino sólo si quieres vivir en sueños o despertar de ellos. De ahí que el milagro no excluya de su benéfica influencia algunos sueños. No puedes quedarte con algunos sueños y despertar de otros, pues o bien estás dormido o bien despierto. Y soñar tiene que ver únicamente con una de estas dos posibilidades. (T.29.IV.1) (Pág. 690)

     Lo opuesto a las ilusiones no es la desilusión sino la verdad. Sólo para el ego, para el que la verdad no tiene significado, parecen ser las ilusiones y la desilusión las únicas alternativas, las cuales son diferentes entre sí. Pero en verdad son lo mismo. Ambas aportan el mismo cúmulo de sufrimiento, aunque cada una parece ser la única manera de escaparse de la aflicción que la otra ocasiona. Toda ilusión alberga dolor y sufrimiento entre los tenebrosos pliegues de las pesadas vestiduras tras las que oculta su inexistencia. Sin embargo, esas sombrías y pesadas vestiduras son las que cubren a aquellos que van en pos de ilusiones, y las que los mantienen ocultos del júbilo de la verdad. (T.22.II.1) (Pág. 527)

     La verdad es lo opuesto a las ilusiones porque ofrece dicha [alegría, gozo, felicidad]. ¿Qué otra cosa sino la dicha podría ser lo opuesto al sufrimiento? Abandonar un tipo de sufrimiento e ir en busca de otro no es un escape. Cambiar una ilusión por otra no es realmente un cambio. Tratar de encontrar felicidad en el sufrimiento es una insensatez, pues ¿cómo se iba a poder encontrar felicidad en el sufrimiento? (T.22.II.2.1-5) (Pág. 527)

Somos inmensamente amados y disponemos de todo lo valioso. Esto es así tanto en el Cielo (que es donde vivimos realmente, como sabemos cuando estamos despiertos) como en la "tierra" o "sueño", donde también disponemos de todo lo que resulte útil para despertar. ¡Basta desearlo y el proceso de despertar ya ha comenzado! Y disfrutamos de este proceso con amor y paciencia, sin prisas porque sabemos que el tiempo ya no es un obstáculo, sino que desde ahora es una ilusión que nos sirve de ayuda, al ser puesto al servicio del Espíritu Santo en favor de nuestro deseo de despertar a la verdad.

¡Gracias!

domingo, 14 de abril de 2013

Conceptos

Los conceptos no son la Realidad. Sin embargo mientras parezcamos estar en el mundo espaciotemporal de la percepción no podremos evitar usar conceptos, y unos conceptos nos resultarán más útiles que otros para despertar. Los conceptos que refuerzan la separación/culpabilidad/dualidad son los que convendría intercambiar por conceptos que no obstaculicen el despertar a la verdad. Finalmente todos los conceptos (los útiles y los inútiles para el despertar) serán trascendidos y se desecharán desvaneciéndose para siempre, porque la Verdad se encuentra más allá de todo concepto, pero mientras parezca que la hayamos olvidado, haremos bien en estar dispuestos a poner en tela de juicio todos los conceptos y quedarnos solamente con aquellos conceptos que no constituyan un obstáculo para el despertar.

Vaciarse de conceptos es el signo de una mente receptiva a la verdad.

Reúno aquí algunas citas de UCDM respecto a los conceptos. Puede ser muy esclarecedor leer completa la sección T.31.V (Titulada: El concepto del yo frente al verdadero Ser), y probablemente todavía mejor el capítulo 31 entero. Veamos unas pocas citas de este capítulo 31, sobre todo de T.31.V:

     Las enseñanzas del mundo se basan en un concepto del yo que se ajusta a la realidad mundana. (T.31.V.1.1) (Pág. 739)

      El concepto del yo se alza como un escudo, como una silenciosa barricada contra la verdad, y la oculta de tu vista. (T.31.VII.7.1) (Pág. 748)

     Tú forjas un concepto de ti mismo, el cual no guarda semejanza alguna contigo. Es un ídolo (...). (T.31.V.2.1-3) (Pág. 739)

     Tu concepto del mundo depende del concepto que tienes de ti mismo. Y ambos desaparecerían si cualquiera de ellos se pusiese en duda. (T.31.V.11.3-4) (Pág. 742)

     La salvación se puede considerar como el escape de todos los conceptos. (T.31.V.14.3) (Pág. 743)

     No busques tu Ser en símbolos. No hay concepto que pueda representar lo que eres. (T.31.V.15.1-2) (Pág. 743)

     (...) sólo te relacionas contigo mismo. (T.31.V.15.5) (Pág. 743)

     El mundo no puede hacer que aprendas estas imágenes de ti mismo a no ser que tú desees aprenderlas. Llegará un momento en que todas desaparecerán, y te darás cuenta de que no sabes lo que eres. A esta mente abierta y receptiva es a la que la verdad retorna, sin impedimentos ni limitaciones. Allí donde todos los conceptos del yo han sido abandonados, la verdad se revela tal como es. Cuando todo concepto haya sido cuestionado y puesto en tela de juicio, y se haya reconocido que está basado en suposiciones que se desvanecerían ante la luz, la verdad quedará entonces libre para entrar a su santuario, limpio y despejado ahora de toda culpa. No hay afirmación que el mundo tema oír más que ésta: "No sé lo que soy, por lo tanto, no sé lo que estoy haciendo, dónde me encuentro, ni cómo considerar al mundo o a mí mismo". Sin embargo, con esta lección nace la salvación. Y lo que tú eres te hablará de Sí Mismo. (T.31.V.17) (Pág. 744)

     Tú que crees que puedes ver al Hijo de Dios como quisieras que fuese, no olvides que ningún concepto que abrigues de ti mismo puede oponerse a la verdad de lo que eres. Erradicar la verdad es imposible. Pero cambiar de conceptos no es difícil. (T.31.VI.5.1-3) (Pág. 745)

     Aprender significa cambiar. (...) Mientras perdure la percepción habrá necesidad de conceptos, y la tarea de la salvación es cambiarlos. Pues tiene que lidiar valiéndose de contrastes, no de la verdad, la cual no tiene opuestos ni puede cambiar. (T.31.VII.1.1,3-4) (Pág. 746)

PURSAH: J [Jesús] sólo puede llevar a la gente consigo usando conceptos que puedan comprender. Al final, todo, excepto Dios, es una metáfora. Pero, entre tanto, hay que enseñar y aprender. (La Desaparición del Universo, de Gary Renard, cerca del final del cáp. 2 [en la publicación de la editorial Sirio aparece esta cita en la página 106])

El sabio hindú Ramana Maharshi a veces comparaba los conceptos con espinas o clavos, diciendo que cuando tenemos clavada una espina dolorosa (un concepto erróneo)  que nos hace daño, otra espina (concepto benigno) puede resultarnos útil para sacar la espina clavada, pero que finalmente ambas se desechan cuando nos hemos liberado de la espina dolorosa.

En UCDM también se aborda esto expresándolo así:

(...) Al igual que todas las demás lecciones, es una ilusión, puesto que en realidad no hay nada que aprender. Esta ilusión, no obstante, debe ser reemplazada por un mecanismo correctivo: otra ilusión que reemplace a la primera para que ambas puedan finalmente desaparecer. (M.13.1.4-5) (Pág. 38)

Los conceptos erróneos como la separación, la creencia en ser cuerpos, o la culpa, pueden ser disueltos mediante conceptos amorosos de unidad, y una vez desvanecidos los conceptos dolorosos estaremos listos para ir más allá de todo concepto, dejando de lado también los conceptos "útiles" y abriéndonos receptivamente a la Verdad en toda su pureza no-conceptual.

La actitud para experimentar esto, desde luego, no es una actitud orgullosa de "sabelotodo" (creer que uno lo sabe todo desde su ego o "ser separado") sino la actitud receptiva de estar dispuestos a poner en cuestión todo lo que convencionalmente habíamos aceptado como cierto. Al no dar nada por hecho de antemano, soltamos nuestros prejuicios y así se establece un vacío o apertura para dar la bienvenida a la verdad.

La verdad siempre es, y en el mismo momento en que uno deja de interferirla se hace evidente, pues es obvia por Sí Misma. El único obstáculo eres "tú": no el Tú Real no-dual que eres realmente, sino el concepto que tienes de ti mismo como entidad limitada y separada de la Plenitud (un ejemplo de la forma que toma el falso concepto de uno mismo es la creencia "soy un cuerpo, soy limitado", el cual es un concepto erróneo que está conectado a todos los demás falsos conceptos y del que depende la ilusoria proyección de todos los problemas). Cuando surge el desapego del falso concepto de uno mismo, se recuerda el Uno Mismo, el eterno Ser de ilimitado bienestar y de infinita felicidad.

¡Saludos!

sábado, 13 de abril de 2013

Hay una sola mente, un único ser: el perdón de uno es para todos

De unos mails escritos en marzo de 2013:

Podemos verlo de dos maneras, poniendo el énfasis en el perdón que se extiende desde mí hacia otros, o poniendo el énfasis en el perdón que se extiende desde otros hacia mí. La clave es que no hay más que un único ser. Es una única mente la que perdona. Entonces tenemos estas dos maneras de verlo:

1) Cuando yo perdono, todo queda perdonado, y como todo es mi propia mente, cuando finalmente se derrite el "iceberg" de la culpa mediante mi perdón, eso produce mi iluminación y por lo tanto la iluminación de todos sin excepción (porque solamente hay un solo ser y una sola mente). Esto es realmente así. Realmente cuando uno despierta, todos han despertado.

Pero también es útil la otra manera de ver la extensión del perdón:

2) Cuando otros perdonan, puesto que solamente hay una mente, ese perdón ha tenido ocurrir en una mente, y esa mente ha de ser la mía porque no hay otra. Esto significa que podemos aceptar el perdón y el discernimiento de cualquier iluminado de cualquier época (sus inspiraciones están en nuestra mente, así como su amor, su paz, todo lo bueno que comparten con nosotros y con la totalidad). Cuando nos damos cuenta de que esto es así, nuestra confianza aumenta y nos volvemos receptivos a esta ayuda. Y es una ayuda bien cierta e infinitamente potente: los iluminados de todas las épocas son como luces brillantes que deshacen todo conflicto y despiertan a toda mente que se muestra receptiva a su ayuda. Cierto es también que cuanto más perdono yo mismo, más receptivo me vuelvo a estas ayudas, a estas inspiraciones que constantemente nos rodean a todos. Compartimos una sola mente, y cuando la mente despertó (por ejemplo cuando despertó Jesús, o Sankara o Arten o Pursah o quien lee esto o quien sea) sucedió que al mismo tiempo fuimos todos quienes despertamos, unidos (Jesús mismo despertó ayudado por nosotros y por todos, pues compartíamos y seguimos compartiendo su mente). El perdón no hace sino ayudarnos a reconocer lo que ya ha sucedido. Incluso diría más, el perdón mismo surge de esto. Nosotros por ejemplo, en esta época, no hubiéramos escuchado hablar del perdón ni del sueño ni de la verdad, si no fuese por estas ayudas iluminadas, las cuales son luces en nuestra propia mente y que se hacen posibles porque hay una sola mente, y esa mente ya despertó (una vez sucedido el despertar, se sabe que ni siquiera hubo sueño, ni despertar, ni perdón, sino que todo ha ido siempre perfectamente bien... pero eso se sabe por experiencia directa una vez acabado el "chiste" de lo ilusorio jejeje).

Cuanta más palabras diga más parece complicarse la explicación, pero en realidad es muy sencillo: hay una sola mente, un solo ser. Por lo tanto la verdad brilla para todos en cuanto es reconocida por la mente, por cualquier mente, porque todos somos la misma mente.

Al perdonar, por lo tanto, estamos ayudando a todos. El fingir que seguimos dormidos es un juego que nadie nos va a impedir. Pero cuando yo mismo, asumiendo mi propia responsabilidad, uso el perdón y reconozco la verdad del despertar, entonces al mismo tiempo estoy reconociendo que todos estamos despiertos, pues todos somos uno. Nadie duerme realmente. El perdón es como decirnos a nosotros mismos: "Dejemos ya de fingir, ¿vale?". ¿O preferimos jugar un ratito más? ¡Nadie nos va a aguar la fiesta! Podemos jugar tanto tiempo como queramos (de todos modos el tiempo es un espejismo), pero cuando finalmente deseamos inmensamente despertar, sencillamente nos sentimos inmensamente atraídos por el perdón y despertamos, y junto a uno mismo, despierta todo el mundo, nadie queda dormido nunca más. Depende de uno "salvar al mundo", por eso se dice tantas veces que nuestra función es salvar el mundo, etc. Al cambiar mi percepción, despierto. Despertar implica reconocer que todo está bien y todos están bien: todos están despiertos entonces, porque si alguien estuviese dormido, eso significaría que algo raro pasa (alguien soñando con infelicidad) lo cual demostraría que soy yo quien todavía no he despertado. El que ha despertado solamente ve felicidad y perfección en todas partes, por lo tanto para él todos están despiertos, porque eso es la verdad y los despiertos solamente viven la verdad.

¡Invoco mediante el perdón las campanas del despertar! Y cuando estas enormes campanas suenan con su gran sonido, todos despertamos unidos, es imposible que nadie siga durmiendo cuando las campanas de la verdad han sonado. Y suenan para todos aquellos que decidamos dejar de fingir que somos sordos a las campanas de la felicidad.

¡Suenan las campanas, suena el perdón, sucede el despertar, todos unidos en felicidad! :-)

De otro mail:

Estamos ambos igual, porque yo también quiero dejar de fingir. Y por eso sigo y sigo y sigo tocando alegremente (relajadamente, lo más confiadamente que puedo) las Campanas del Despertar. Las Campanas son el perdón. Y como sé que cada vez que perdono estoy produciendo un milagro para el despertar, no dejo entonces que ninguna apariencia que surja me desanime (ni siquiera me preocupa —porque también la perdono— la apariencia llamada "tiempo": cuando fluya el completo despertar, que fluya), al contrario, sólo podría alegrarme cuando en lugar de enfocarme en la apariencia que haya surgido prefiero recordar que lo que se me está dando es otra oportunidad para perdonar, otra oportunidad para seguir tocando las Campanas del Despertar, y cuando estas campanas suenen sin cesar por el hábito del perdón y nuestro amor a la verdad, surgirá el sueño feliz y muy pronto el definitivo despertar.

De momento sigo perdonando, haciendo sonar las Campanas del Despertar, las cuales conforme más las uso, más confianza y paz me dan. Pero debo usarlas, porque si me dedico a creer en las apariencias en lugar de creer en el perdón practicándolo, no estaré demostrando que me importa más despertar que continuar jugando a soñar.

Me alegro mucho de que tengamos a mano la posibilidad de perdonar y así escapar del sueño. Cada apariencia se convierte así en una bendición (y nos alegran en lugar de asustarnos), porque podemos perdonar todos los símbolos que nos disgusten, y así los percibiremos todavía por un tiempo pero sin creer en ellos. Esto es tocar las Campanas del Despertar. Y esto es lo que estamos haciendo. Perdonar. Es lo mismo que UCDM llama algo así como desear y aceptar la visión de Cristo en lugar de la visión de los ojos del cuerpo. Perdonar. Toquetear confiadamente las Campanas del Amor.

Estamos ya en el Buen Camino. Ya estamos perdonando. Ya estamos despertando. Ya estamos compartiendo nuestro despertar con todos.

Un abrazo

De otro mail:

Me alegra que se haya resuelto el problema que mencionas, gracias por compartir esta buena noticia. Todos los problemas desaparecerán desvaneciéndose en la nada que son, pero cuanto antes estemos sin angustia, mejor. Y no nos olvidemos de perdonar, ya que el perdón va directamente a disolver el origen de la angustia, que como bien sabemos es siempre mental (la disolución de la falsa creencia en la separación). Por eso somos sensatos cuando recordamos seguir perdonando. Todos los símbolos se disolverán, y solamente la paz quedará, como dulce pasaporte hacia el Cielo de nuestro Corazón, el cual ya es, pues es siempre.

Un abrazo con mucho amor;

Post relacionado: Si tú te iluminas, todos se iluminan

viernes, 12 de abril de 2013

Perdonando la creencia en los cuerpos

Copiado de un mail escrito en marzo de 2013:

Lo que perdonamos unos y otros, nos sirve a todos. Y lo que perdonó Jesús nos sirve también, pues compartimos una misma mente.

Leyendo UCDM he visto un párrafo que nos da esperanzas. Cerca de él, vi también unas frases que pueden ser buenas para este mail:

     No pienses que perdonar a tu hermano os beneficia sólo a vosotros dos. (T.20.IV.7.2)

Por lo tanto, todos nos estamos ayudando a todos cuando perdonamos.

     No podrías dejar ni a uno solo afuera tal como yo tampoco podría dejarte a ti afuera, y olvidarme así de una parte de mí mismo. (T.20.IV.7.6)

Se refiere a que no dejamos fuera a ningún hermano, puesto que todos forman parte de nuestra eterna Plenitud.

Y el párrafo que vi primero para copiar:

     Tal vez te preguntes cómo vas a poder estar en paz si, mientras estés en el tiempo, aún queda tanto por hacer antes de que el camino que lleva a la paz esté libre y despejado. Quizá te parezca que esto es imposible. Pero pregúntate si es posible que Dios hubiese podido elaborar un plan para tu salvación que pudiese fracasar. Una vez que aceptes Su plan como la única función que quieres desempeñar, no habrá nada de lo que el Espíritu Santo no se haga cargo por ti sin ningún esfuerzo por tu parte. Él irá delante de ti despejando el camino, y no dejará escollos en los que puedas tropezar ni obstáculos que pudiesen obstruir tu paso. Se te dará todo lo que necesites. Toda aparente dificultad simplemente se desvanecerá antes de que llegues a ella. No tienes que preocuparte por nada, sino, más bien, desentenderte de todo, salvo del único propósito que quieres alcanzar. De la misma manera en que éste te fue dado, asimismo su consecución se llevará a cabo por ti. La promesa de Dios se mantendrá firme contra todo obstáculo, pues descansa sobre la certeza, no sobre la contingencia. Descansa en ti. ¿Y que puede haber que goce de más certeza que un Hijo de Dios? (T.20.IV.8)

Y después en la página siguiente que también se encuentra a la vista al ver las frases anteriores, dice:

     No juzgues lo que es invisible para ti, o, de lo contrario, nunca lo podrás ver. Más bien, aguarda con paciencia su llegada. Se te concederá poder ver la valía de tu hermano cuando lo único que le desees sea la paz. Y lo que le desees a él será lo que recibirás. (T.20.V.3.5-7)

De la frase anterior destaco lo de tener paciencia, ya que la paciencia nos lleva por el buen camino, es un indicio de que nuestra confianza va aumentando. Lo de "no juzgues lo que es invisible", se refiere a no juzgar la verdad, no juzgar a nuestros hermanos, quienes son invisibles. Creer que nuestros hermanos son cuerpos es juzgarlos, es creer erróneamente que son visibles. Creer que uno mismo es un cuerpo es juzgarse a uno mismo. El consejo es que no juzguemos, que dejemos los juicios en manos del Espíritu Santo.

La última frase toca también este tema típico tanto en UCDM como en Ramana Maharshi, que es que no demos importancia a la identificación con un cuerpo, pues no somos un cuerpo y nuestros hermanos tampoco lo son:

     El cuerpo de tu hermano tiene tan poca utilidad para ti como para él. Cuando se usa únicamente de acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, no tiene función alguna. Pues las mentes no necesitan el cuerpo para comunicarse. La visión que ve al cuerpo no le es útil al propósito de la relación santa. Y mientras sigas viendo a tu hermano como un cuerpo, los medios y el fin no estarán en armonía. ¿Por qué se han de necesitar tantos instantes santos para alcanzar una relación santa, cuando con uno solo bastaría? No hay más que uno. El pequeño aliento de eternidad que atraviesa el tiempo como una luz dorada es sólo uno: no ha habido nada antes, ni nada después.      Ves cada instante santo como un punto diferente en el tiempo. Mas es siempre el mismo instante. Todo lo que jamás hubo o habrá en él se encuentra aquí ahora mismo. (T.20.V.5)(T.20.V.6.1-3)

Sin embargo es normal durante algunas etapas que le demos mucha importancia a los cuerpos. Poco a poco nos vamos dando cuenta del sufrimiento que esta creencia en los cuerpos nos produce, y como consecuencia de darnos cuenta sucede que nos mostramos cada vez más dispuestos a seguir perdonando, discerniendo lo ilusorio de lo verdadero.

Nos vamos dando cuenta de que la felicidad no depende de los cuerpos. De que no somos un cuerpo y nuestra felicidad no depende de que otros cuerpos estén a mayor o menor distancia (cuando están por debajo de cierta distancia, consideramos que alguien está "cerca" y nos sentimos contentos si ese cuerpo nos gusta, y descontentos si ese cuerpo nos disgusta; y cuando la distancia sobrepasa cierta distancia, consideramos que ese cuerpo está "lejos" y eso nos produce disgusto si ese cuerpo nos gusta, o nos produce gusto que esté "lejos" si ese cuerpo nos disgusta). Cuando nos damos cuenta de que todo eso son espejismos, porque las distancias y el tiempo son ilusorios, así como son ilusorios los cuerpos, comenzamos a poner nuestra atención en la mente y en nuestro corazón, encontrando la verdadera felicidad inagotable de la unión total con todos y todo, brillando mucho más cerca de nosotros mismos de lo que ningún cuerpo jamás podrá estar.

Mientras aún nos sentimos atraídos por la creencia en los cuerpos, nos corresponde tener paciencia y seguir perdonando. Eso en el mejor de los casos. En el peor de los casos, como decía Nisargadatta: "¡Entonces sufre!" (si uno no está dispuesto a ser lo bastante osado como para considerar la posibilidad de que los cuerpos sean una mera creencia irreal, ya que si no estamos dispuestos a poner esto en duda... evitar el sufrimiento será provisionalmente imposible, ya que el sufrimiento se basa en la creencia en los cuerpos). Todos los conflictos son conflictos entre cuerpos. Todos los sufrimientos son sufrimientos de cuerpos. Cuando nos damos cuenta de esto, nuestra disposición a abandonar la creencia en los cuerpos aumenta, y somos ayudados para desvanecer esta falsa creencia y recibir a cambio la feliz verdad.

Yo apuesto por tener un poquito de paciencia al principio, porque el resultado del perdón pronto salta a la vista y sus recompensas son amplias y felices. Como dice la cita del párrafo largo:

Él irá delante de ti despejando el camino, y no dejará escollos en los que puedas tropezar ni obstáculos que pudiesen obstruir tu paso. Se te dará todo lo que necesites. Toda aparente dificultad simplemente se desvanecerá antes de que llegues a ella. No tienes que preocuparte por nada, sino, más bien, desentenderte de todo, salvo del único propósito que quieres alcanzar. (T.20.IV.8.5-8)

Con un poco de paciencia, pronto el perdón arraiga y los resultados son muy dulces. Yo creo que lo más duro ya ha pasado para quienes han descubierto el perdón, o también para quienes ya han empezado a sospechar que el mundo sea un simple espejismo. Lo duro, me parece a mí, lo más duro, es la situación de quienes viven vidas problemáticas sin sospechar siquiera que sus problemas sean un simple sueño y que las dificultades desaparecerán sin que haya quedado daño alguno. Lo duro es quien cree haber perdido a un ser querido sin saber que eso es un sueño irreal, o quien pierde el trabajo y la casa y la familia sin saber que eso no es verdad, o quien cree vivir en problemas sin sospechar sobre la bella Realidad que nos invita a despertar. Es duro para quienes no intuyen la verdad y por lo tanto viven con miedo y a veces sin ninguna esperanza cuando todo parece haberse torcido. Por suerte, podemos ayudarles, porque al reconocer la verdad para nosotros, eso sirve para ellos también. Quien conoce la verdad y practica el perdón, ese ser se convierte en un tesoro para sí mismo y para los demás.

Lo bueno será cuando todo acabe, con el ilusorio "iceberg" de la culpa completamente deshecho para todos. La Fiesta en el Cielo será incomparable, indescriptible. Mientras llegamos a eso, seguimos con paciencia, perdonando, con nuestro corazón abierto a la meta, a la verdad, a la felicidad, procurando que mientras despertamos, la buena onda resuene también para todos los demás, y así compartimos nuestro despertar.

Como vamos perdonando, todo va bien. Y va bien para todos, incluso para quienes no perdonan. Muchos todavía no han escuchado ni siquiera la idea de que el mundo de los cuerpos sea un sueño. Pero Jesús sí tuvo en cuenta la idea. Y otros también. Y Jesús y quienes confiamos en Él, seguimos perdonando, en beneficio de todos. Así que todo va bien para todos sin excepción.

Un abrazo :-)