lunes, 30 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-255

¿Cómo puedo evitar que la complejidad de la vida diaria bloquee mi paz?

P-255: Soy de Brasil, y he estado practicando Un Curso de Milagros desde hace 21 años. Lo he repasado unas tres veces por completo, y estoy repasándolo ahora una vez más. Esta vez he sentido la presencia real de la Luz —del Cristo que hay en mí— cuando hago los ejercicios; la ausencia del cuerpo físico, la auténtica alegría de ser. Pero, por otro lado, mi vida es muy complicada ahora, y parece que la multiplicación (cosas que hacer, personas a las que cuidar, las responsabilidades de la vida día a día, con todas esas cosas mágicas que organizar, calcular, por las que pagar, etc.) está llegando a un punto insoportable. Parece que el ego está intentando hacer mi camino difícil. ¿Qué pensáis? ¿Qué puedo hacer para alcanzar constantemente, todo el tiempo, el estado mental que conseguimos al hacer los ejercicios: de total paz y alegría?

Respuesta: Es difícil saber la razón específica por la que tu vida se ha vuelto más complicada. Bien podría ser una reacción por estar acercándote a abandonar a tu ego, pero realmente no hay forma de saber eso a ciencia cierta. Pero en realidad eso no importa, porque la solución seguiría siendo la misma. La solución es centrarse en el propósito, el cual puedes discernir por los resultados. En otras palabras, el resultado del aumento de las complicaciones ha sido tu pérdida de paz interior y de alegría; por lo tanto, ese debe ser el propósito de ese tipo de sucesos recientes. Eso es lo único que necesitas saber realmente. En algún lugar de tu mente, tú (la parte tomadora de decisiones de tu mente) tuviste miedo de estar en paz, así que inventaste una manera de "protegerte" de esa paz y de todo lo que ella representa. La defensa preferida por la mayoría de nosotros es empezar a preocuparnos por nuestras vidas como cuerpos. Eso elimina rápidamente cualquier pensamiento de que nosotros podríamos ser algo más.

Todo lo que necesitas es asumir la responsabilidad por el estado en el que te encuentras y llevárselo a Jesús o al Espíritu Santo en tu mente, lo cual quiere decir que no te juzgarás a ti mismo ni te sentirás mal con respecto a eso. Cuando ya no necesites la defensa, simplemente harás frente a tus obligaciones y responsabilidades lo mejor que puedas, con el amor de Jesús guiándote. Ellas ya no te parecerán "insoportables", porque las verás como aulas en las que estarás aprendiendo que la paz y la alegría de tu mente no tienen nada que ver con ninguna cosa externa. Si verdaderamente supieras que todo lo relativo al cuerpo y al mundo es para impedirte que te des cuenta de que la fuente de toda tu angustia es una decisión que has tomado en tu mente, entonces te volverías con entusiasmo hacia Jesús o el Espíritu Santo para que te ayuden a darle a tu experiencia un propósito diferente. «El mundo fue hecho para que no se pudiese escapar de los problemas» (T.31.IV.2.6).

En lugar de verlas como una carga, tus responsabilidades del día-a-día podrían ser vistas como medios que estás usando para restaurar a tu conciencia el amor que es tu verdadera y eterna Identidad. Cada interacción podría ser considerada como una oportunidad para aprender que tus intereses no están realmente separados de los de nadie más, a pesar de la apariencia de grandes diferencias. Los detalles concretos de cada situación (la forma) se vuelven entonces menos importantes que el significado (el contenido), que consiste en deshacer tu creencia en la separación, y aceptar regresar a la identidad que todos compartimos como uno. Tu vida día-a-día es tu "laboratorio", en este sentido. Fue destinada inicialmente para mantenerte apartado de la verdad; pero ahora, con la ayuda de Jesús o del Espíritu Santo, tu vida se convierte en el medio que usas para volver con Dios.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions48.htm#Q255

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

domingo, 29 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-1320

Me siento listo para "despertar", así que ¿por qué no lo hago?

P-1320: Hace varios años experimenté un ataque de depresión debido fundamentalmente a mi lucha con la idea de que "tiene que haber algo más", y ha habido varias ocasiones en las que se me ocurrió que tal vez esta vida es enteramente un sueño. He leído muchas de las preguntas sobre la reticencia de las personas a despertar. Quiero más que ninguna otra cosa despertar de este sueño, así que en mi mente tengo más que una "pequeña dosis de buena voluntad". Si eso es lo que también quieren para nosotros Jesús y el Espíritu Santo, ¿por qué no puedo despertar puesto que lo deseo tanto? Ciertamente no hay nada en este mundo que pudiera superar al Cielo y la Unidad. Estoy listo para despertar, ¿por qué no lo hago?

Respuesta: Nosotros no podemos determinar a partir de tu pregunta si este es el caso contigo o no, pero muchas veces el intenso deseo de volver a casa viene acompañado de una aversión o miedo hacia el mundo, aunque esto podría no ser evidente. En otras palabras, querer con tanta ansia regresar a casa puede reflejar un sentimiento subyacente de que el mundo es un lugar tan horrible y que es una carga tan dolorosa estar aquí que daríamos cualquier cosa para ser liberados de él. Esto puede, de hecho, ser una interferencia para despertar, ya que indicaría que el mundo es considerado todavía como real: no podemos detestar o temer lo que sabemos que es irreal. Debe haber, por lo tanto, un sentimiento de pecaminosidad y de culpa escondido aún en la mente y que se proyecta sobre el mundo. Es por ello por lo que gran parte de nuestro trabajo con Un Curso de Milagros se centra en reconocer cómo estamos "haciendo el error real", es decir, cómo nuestras reacciones y percepciones revelan una creencia subyacente de que estamos separados de Dios y nos sentimos culpables por eso. Una vez que hacemos esta conexión, podemos pedir ayuda para elegir verlo todo de una manera diferente.

La auténtica liberación del mundo viene con el reconocimiento de que el mundo no es la fuente ni del sufrimiento ni de la felicidad, sino que es simplemente la proyección de la mente atrapada en la creencia ilusoria de que está separada de Dios (L.132; L.226). Llegamos a esta etapa al primero volvernos conscientes de hasta qué punto vemos el mundo como la causa tanto del sufrimiento como de la felicidad. Este es el motivo por el que Jesús nos enseña que "el perdón es la llave de la felicidad" y "el perdón me ofrece todo lo que deseo" (L.121; L.122). Esta es "la verdadera alternativa" de la que Jesús habla en el último capítulo del Texto (T.31.IV), en el que él habla sobre el estado mental conocido como mundo real, el cual precede a nuestro total despertar del sueño.

A medida que continuamos en el camino del perdón, con Jesús como nuestro maestro, nos vamos identificando cada vez menos con la vida de este mundo, lo cual de hecho nos permite vivir aquí más fácilmente, en el sentido de aliviar la presión que sentimos al tomarnos tan en serio lo que sucede en nuestra vida. A medida que elegimos con menos frecuencia al ego, el amor de nuestra mente correcta empieza a dirigirse hacia cada uno de nuestros pensamientos y acciones, y la inversión que hacemos en nuestro yo individual y especial disminuye enormemente. Nosotros seguimos desempeñando nuestros roles responsablemente, pero sin sentir presión ni conflicto. En este estado no habría un sentimiento de urgencia para despertar tan rápidamente como sea posible, ya que no te experimentarías a ti mismo como separado del amor. Estar presente a todas las cosas y a todas las personas con Jesús sería una fuente de seguridad, serena alegría y paz. La paz, en realidad, es el objetivo de nuestro trabajo con el Curso, en vez del conocimiento (el Cielo) (T.8.I.1; T.24.introd.1.1). Y tenemos la paz asegurada al elegir cada vez más frecuentemente al maestro de la paz, el cual nos ayudará a experimentar nuestra unidad con todos. La paciencia y la dulce amabilidad contigo mismo te ayudarán a lo largo de este proceso, así como confiar en el proceso del perdón.

((Nota de Toni: puede leerse también la siguiente pregunta relacionada: P-1331))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions286.htm#Q1320

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

sábado, 28 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-1348

¿Es cierto que las partes posteriores del Curso pueden ser traumáticas si no estamos preparados?

P-1348: En el capítulo 1 de Un Curso de Milagros se dice: «Éste es un curso de entrenamiento mental. Todo aprendizaje requiere atención y estudio en algún nivel. Algunas de las secciones posteriores de este curso se basan en tan gran medida en estas primeras secciones, que es necesario un estudio muy detallado de las mismas. También las vas a necesitar a modo de preparación. Sin esta preparación, lo que sigue podría infundirte demasiado temor, imposibilitando así el que pudieses usarlo de manera constructiva. (...) Algunos de los pasos posteriores de este curso, sin embargo, entrañan un acercamiento más directo a Dios Mismo. No sería prudente iniciar esos pasos sin una preparación cuidadosa, pues, de lo contrario, la reverencia se confundiría con el miedo, y la experiencia acabaría siendo más traumática que beatífica» (T.1.VII.4.1-5; 5.7-8). 

La cita anterior insinúa que hacer el Curso podría llegar a ser en cierto modo más traumático que útil. ¿Cuán seriamente deberíamos tomar esa "advertencia" del autor del Curso para que nos preparemos adecuadamente antes de empezar a tratar con las partes posteriores del Curso, y cómo sabremos que estamos realmente "bien preparados" a fin de no caer en la trampa de confundir la "reverencia con el miedo"? Por ejemplo, si estudiamos los primeros capítulos del Curso, ¿cómo sabremos cuándo deberíamos proseguir hacia capítulos posteriores del Texto o quizás comenzar con el Libro de ejercicios? ¿No son los primeros capítulos tan abstractos que resulta realmente difícil entenderlos antes que el resto del Curso? ¿Qué estoy pasando por alto?

Respuesta: Los dos párrafos que has mencionado no formaban parte originalmente del final del capítulo 1. Eran parte de un mensaje más largo a Helen y Bill, en el cual Jesús enfatizaba la importancia de estudiar el material que les estaba dando (ver "Ausencia de felicidad", págs. 278-280). En cierto sentido, esto sería cierto para cualquier relación maestro-alumno —el maestro exhorta a los estudiantes a que estudien lo que se les enseña. Puesto que el plan de estudios de Un Curso de Milagros implica entrenamiento mental, sería importante ponerse diligentemente a estudiar el material, con el fin de estar preparados para las etapas posteriores del entrenamiento mental, las cuales se basan en las anteriores.

Jesús está hablando esencialmente de acercarse a Dios y experimentar Su Amor. Tenemos muchas capas defensivas "protegiéndonos" de la experiencia de Dios, para que no perdamos nuestra querida sensación de existencia independiente. Por consiguiente, las primeras fases de estudio y entrenamiento establecen las bases de este proceso y comienzan con formas que podemos tolerar sin caer en un pánico incapacitante. Esto nos prepara para las fases posteriores, que nos acercan a la experiencia que inicialmente rechazábamos y que todavía rechazamos al elegir ser individuos separados e independientes. Tenemos que familiarizarnos con el sistema de pensamiento que vamos a deshacer, y hacernos una idea de los obstáculos que hemos interpuesto en nuestro camino, pues de lo contrario no seremos capaces de procesar adecuadamente lo que sucede después de la fase de deshacimiento. Por eso es por lo que Jesús quiere que estudiemos el material cuidadosamente. Por "cuidadosamente" quiere decir que nos demos cuenta de que él nos está hablando directamente a nosotros tal como nos experimentamos ahora. Él no está simplemente presentando una serie de ideas y conceptos para que nos aproximemos a ellos de un modo impersonal. Lo que él quiere es que nos acostumbremos a pensar sobre nosotros mismos de la manera en que él nos describe en su Curso.

Por lo tanto, se trata más de que tengas una actitud hacia el estudio, y no tanto de que tengas que comprender todo lo que él está diciendo en estos primeros capítulos. Como has notado, hay partes de estos capítulos (y de todos los restantes capítulos, si vamos al caso) que son difíciles de entender, pero Jesús no espera que nosotros comprendamos cada palabra y todas las implicaciones de las ideas. Es por eso por lo que él vuelve una y otra vez a los principios básicos y los vuelve a plantear de diferentes maneras a lo largo de los tres libros. Por lo tanto, el objetivo no es el dominio intelectual del texto, sino más bien, combinado con un serio intento de entender el sistema de pensamiento que él está desarrollando gradualmente, que reconozcamos que nos estamos embarcando en un viaje con él que, con el tiempo, penetrará profundamente en las áreas de nuestras vidas y de nuestras mentes que hemos tratado de mantener ocultas.  Esto es mejor hacerlo lentamente y con una creciente conciencia de que existe una amorosa y reconfortante presencia dentro de nosotros que nos invita a ir agarrados de su mano cada paso del camino para que el viaje nos conduzca a una experiencia beatífica.

Por último, es útil recordar que "el programa de estudios es sumamente individualizado" (M.29.2.6). Por lo tanto, en cuanto a cuándo empezar con las lecciones del Libro de ejercicios, confía en lo que sientes y no fuerces nada. No hay una postura correcta o equivocada en tales asuntos.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions293.htm#Q1348

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

viernes, 27 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-152

¿Puedes ayudarme con el miedo a volverme uno con Dios? 

P-152-a: En algunos lugares del Texto y de las lecciones, Jesús dice que "nos disolveremos en Dios" al final del tiempo. Para ser sincero, no me gusta la idea de disolverme en Dios. Sé que es mi ego quien dice esto a través de mí, y acepto que simplemente estamos soñando todo esto, que ya me he disuelto en Dios, y no debo de haber desaparecido, puesto que aún estoy aquí, por así decirlo. Sin embargo, en mi fuero interno, estoy realmente asustado de perderlo todo cuando deje de soñar. Esta es probablemente la razón de que no haya puesto fin al sueño. Entiendo que Jesús y el Espíritu Santo están despertándome suavemente por medio de la Expiación, y esto me hace sentir bien. Sin embargo, "disolverse en Dios" se siente o suena como ir a la nada, caer en el vacío. ¿Puedes ayudarme con mi miedo?

152-b: Según Un Curso de Milagros, ¿el mundo y todo lo que amo en él desaparecen cuando despierto del sueño? Lo pregunto porque yo no veo la vida únicamente como la fuente del pecado, la culpa y el miedo. No querría perder mis recuerdos de los seres queridos y de los momentos de belleza, valentía, creatividad, etc., que he conocido en mi existencia, por muy ilusoria que pueda ser.

Respuesta: (a) La mayoría de las personas que practican el Curso sienten lo mismo que tú. Tienen miedo de que "desaparecer en el Corazón de Dios" signifique el olvido y la nada. Sentir esto es muy usual, y no te interesa tratar de quitarte esa idea de la cabeza. Dicho esto, es sin embargo obvio que esto solo podría ser el ego expresando su propio miedo de extinguirse ante la presencia del amor, de cualquier manera. Por lo tanto, cuando nos identificamos con el ego —lo cual hacemos cada vez que valoramos nuestra existencia individual— no hay duda de que temeremos regresar a la Unidad del Cielo. Pero Jesús es consciente de nuestro dilema —aunque es un falso dilema— y por eso él nos tranquiliza en muchos, muchos pasajes del Curso diciéndonos que despertaremos de este sueño de pesadilla únicamente cuando estemos preparados para ello. Es un proceso que tiene en cuenta nuestro miedo y avanza de acuerdo con nuestra preparación. Como tú mismo has reconocido, el enfoque de Jesús es suave y reconfortante: «No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad» (T.16.VI.8.1; ver también T.27.VIII.13).

Hay una etapa intermedia antes de que nos despertemos, en la cual continuamos nuestra vida aquí, pero con menos culpa, menos ansiedad, menos ira, etc. Vamos estando cada vez más y más a gusto con una manera diferente de estar aquí, a medida que vamos aprendiendo que cuando perdonamos nos sentimos mejor que cuando estamos hirviendo por dentro llenos de odio, resentimientos y dolor por los intereses y metas conflictivos y enfrentados. Poco a poco vamos desprendiéndonos de nuestra identificación con los valores que el ego nos ha ofrecido, y en su lugar vamos identificándonos con los valores del perdón que Jesús nos enseña. En otras palabras, no es que perdamos nuestro ser y entonces simplemente desaparezcamos, sino más bien que cambiamos aquello con lo que elegimos identificarnos, y entonces nos convertimos en eso.

Este proceso podría compararse con un viaje que tuviera muchas paradas planificadas, pero sin un horario o calendario exacto. Paras en varios lugares a lo largo del camino para acostumbrarte al nuevo clima y a las nuevas vistas. Y a medida que continúas el viaje, llegas a conocer mejor a tu guía turístico y te sientes cada vez más a gusto con él. Él nunca te obliga a dejar un lugar del que realmente no quieres salir, y permanece ahí contigo hasta que tú estés preparado para seguir adelante. Él no te impone un horario al que tú tengas que adherirte. Cuando él te dice que la siguiente parada será aún mejor, lo más probable es que elijas continuar el viaje porque todo lo que él te ha mostrado hasta ahora ha sido bastante agradable. Tu confianza en tu guía crece, a pesar de que a veces te sientes molesto porque te despierta para levantarte de la cama en la mañana muy temprano, pero luego te das cuenta de que hizo eso porque no podía esperar a ponerse en camino para mostrarte el siguiente hermoso lugar. El viaje está a menudo lleno de baches, pero te olvidas de eso una vez que estás cómodamente establecido en el lugar de tu siguiente parada. Incluso llegas a pensar que tu guía te conoce realmente bien y que él sabe exactamente lo que te hará feliz.

Esa es la manera en la que Jesús nos lleva. Él sabe que no vamos a perder nada y que vamos a ser más felices de lo que creíamos posible cuando completemos el viaje con él; pero también ve lo asustados que estamos de sumergirnos en lo que creemos que es lo desconocido y nuestro seguro olvido. Así que él nos lleva de la mano, con suavidad, y pacientemente nos deja ir a nuestro propio ritmo, asegurándonos una y otra vez que no vamos a perder nada y que lo recuperaremos todo. Hasta que esa sea nuestra percepción, podemos estar donde sea que estemos, y sabiendo que Jesús nos está amando en cada instante. Sin embargo, no podemos experimentar la plenitud de ese amor porque aún estamos oponiéndonos a él debido al miedo. Pero experimentaremos tanto más de su amor cuanto más le permitamos entrar. El tiempo es ilusorio, así que cuánto tiempo lleve esto es irrelevante. El amor de Jesús no está condicionado por el tiempo o el lugar.

(b) Cuando despertamos de nuestros sueños nocturnos, solemos olvidar lo que hemos soñado, porque sabemos que "era sólo un sueño". Sucederá lo mismo cuando despertemos del sueño de nuestras vidas como individuos separados de Dios y del Cielo. Precediendo al despertar, por supuesto, habrá un período en el cual nos experimentaremos como el soñador del sueño, y reconoceremos que toda experiencia corporal, incluida la nuestra, equivale a nada más que figuras en el sueño. Sabremos que no somos nuestros cuerpos y que nuestros seres queridos tampoco son sus cuerpos, y que estamos todos unidos ahora en otro nivel que refleja nuestra verdadera Identidad. Entonces hacia lo que nos sentiremos atraídos será hacia la radiante belleza de nuestra impecabilidad ((im-pecabilidad: en el sentido de sin-pecado)) como el Hijo de Dios. El amor en el que todos estamos unidos y que transciende cualquier cosa que pueda ser experimentada a nivel corporal, llenará totalmente nuestras mentes. No habrá nada más en nuestra conciencia, pues nos habremos desprendido con alegría de todo lo que había bloqueado la presencia del amor en nuestra conciencia.

Link al original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions31.htm#Q152

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

jueves, 26 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-39

Una pregunta sobre los apegos a este mundo

P-39: Te he escuchado decir muchas veces que, cuando despertamos, no hacemos ¡puf!, que no desaparecemos, etc. Y, sin embargo, cada vez que considero seriamente volver al hogar con Jesús, pienso en las tareas inacabadas que aún tengo "aquí", lo cual me hace detenerme. Entonces recuerdo que tú dijiste que todo lo que tenga que ser hecho aquí se hará, porque entonces mi cuerpo sería dirigido de la manera más útil, pero que eso ya no sería preocupación mía. De hecho, si se tratara de mi preocupación, sería mi ego haciéndolo. ¿Es correcto lo que digo? ¿Cómo reconcilio eso con el ejemplo de los bodhisattvas que eligen mantener un apego a alguna cosa de este mundo —ya sea un ser querido o el chocolate, a fin de mantener el cuerpo y hacer el trabajo de ayuda para el que vinieron aquí? Desde el punto de vista del Curso eso es una inversión en lo que hacemos, ¿no?

Respuesta: Si te he entendido bien, estás diciendo que crees que estás aquí y te gustaría ir a casa, pero no has tomado esa decisión aún porque sientes que no has acabado aquí. Ese estado mental es claramente diferente del estado que tiene una mente que ha sanado y que sabe que no está realmente aquí pero que se ha convertido solamente en un instrumento del Amor del Espíritu Santo. En otras palabras: los puntos de partida son muy diferentes. La mente sanada ya se ha "marchado", por decirlo así, y está "aquí" de un modo totalmente diferente al de la mente que está aún en el viaje y considerando la opción de ir a casa con Jesús. Una mente sanada está más allá de cualquier identidad corporal y completamente identificada con el amor no-dualista. Por consiguiente, para estar presente en un estado ilusorio, necesita enfocarse en alguna cosa que la ayude a permanecer en tierra. Podría ser absolutamente cualquier cosa, desde el amor al chocolate hasta seguir a determinado equipo de fútbol. Pero jamás habría un rechazo o resistencia a volver a casa, porque la mente sanada sabe que ya está allí; no hay nada que alcanzar, ni viaje.

Creo que lo que estás expresando es algo completamente diferente —en contenido— de este estado de mente. En la forma, ambos estados de mente podrían experimentar que aún no han terminado lo que habían venido a hacer aquí. Pero para aquellos que aún están en el viaje y aprendiendo cómo disminuir su inversión en su identidad corporal, habría un tremendo miedo a renunciar totalmente a la única identidad con la que están familiarizados. Es un proceso gradual durante muchos, muchos años que requiere el compromiso de mirar sin miedo, junto a Jesús, a los contenidos de sus mentes erróneas, las cuales descansan casi inalterablemente en la desafiante decisión de abandonar el Hogar y no regresar jamás. Tal como Jesús nos asegura conmovedoramente: «Te estoy conduciendo a una nueva clase de experiencia que cada vez estarás menos dispuesto a negar» (T.11.VI.3.6). Es un proceso, y la decisión final se tomará sin esfuerzo. De hecho, la atracción del Amor será tan fuerte que ni siquiera se considerará una elección. Ya no existe la preocupación de hacer ¡puf! ((de desaparecer, fundirse o disolverse en la pura Unidad del Cielo)).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions10.htm#Q39

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-797

¿Es consciente del sueño el verdadero Ser?

P-797: ¿Es consciente del sueño el verdadero Ser?

Respuesta: El verdadero Ser, el Hijo de Dios, lo único que conoce es el Amor del Padre, y no conoce ninguna identidad aparte de Él. En esa unidad con Dios, él no es consciente del sueño, tal como Dios tampoco lo es. En el Libro de ejercicios, Jesús describe el verdadero Ser en términos que dejan claro que el verdadero Ser no puede conocer el sueño de separación: «Este Ser sólo conoce el Amor. Sus Pensamientos son siempre perfectamente congruentes; este Ser sólo conoce a Su Creador, sólo se comprende a Sí Mismo y siempre goza de un conocimiento y Amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Consigo Mismo» (L.PI.Repaso5º.introd.4.4). Así que, siendo uno con Su Fuente, completo, y seguro de Su Identidad, el verdadero Ser no puede dudar haciéndose preguntas como "¿Quién soy?", o "¿Estoy soñando?". Él conoce Su Identidad y está despierto en ese conocimiento, no dormido ni soñando acerca de un falso ser separado. Digamos más bien que el soñador del sueño (la mente) conserva el recuerdo del Ser, en vez de que el Ser pudiera saber algo acerca del sueño.

El asunto del sueño surge solamente cuando cuando la mente ya ha elegido creer que el sueño de la separación ha ocurrido real y verdaderamente. Con esta decisión, la mente elige activamente en contra del Ser y cae dormida. Por lo tanto, el sueño comienza con una profunda disociación de nuestra verdadera Identidad, la cual es experimentada por la mente como un vasto y oscuro vacío, que se llena entonces con una identidad falsa que realmente no existe en absoluto, al igual que los personajes de un sueño nocturno no son reales. El conflicto central del sueño de la separación es, por lo tanto, una crisis de identidad: «No hay conflicto que no entrañe la simple pregunta: "¿Qué soy?". Mas ¿quién podría hacer esta pregunta sino alguien que se ha negado a reconocerse a sí mismo?» (L.139.1.6; 2.1).

El dilema de la identidad errónea se ve agravado por la creencia de que el verdadero Ser es en realidad el "ser" del personaje del sueño, y de alguna manera se le identifica con él. Esta es la fuente de gran parte de la confusión a la hora de comprender el mensaje de Un Curso de Milagros, el cual está dirigido a la mente, no al individuo que está identificado con un cuerpo. De hecho, la fuente del Curso es la mente correcta de la Filiación, la cual recuerda a Dios y está simbolizada por Jesús. Esta es la parte de la mente que es consciente del sueño.

La decisión de la mente de retornar a su verdadera Identidad se refleja en el proceso de aprender la importante enseñanza del Curso de que estamos soñando un sueño de separación, del cual podemos despertar: «En realidad no ha ocurrido nada, excepto que te quedaste dormido y tuviste un sueño en el que eras un extraño para ti mismo y tan sólo una parte del sueño de otro» (T.28.II.4.1). Por medio de la práctica del perdón, atribuimos nuestra experiencia en el sueño al poder de la mente, no a algo externo a ella. Al hacer eso, aprendemos gradualmente a identificarnos con la mente en vez de con el personaje del sueño. Esto devuelve a nuestra conciencia el poder que tiene la mente para elegir de otra manera y en última instancia despertar del sueño. En una única y simple respuesta a nuestra cuestión de la identidad, Jesús define nuestro verdadero estado, nuestro estado de sueño, y el poder de la mente para llevarnos del uno al otro: «Estás en tu hogar en Dios, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad» (T.10.I.2.1). Cada aplicación de los principios del perdón en nuestras relaciones nos lleva más cerca de la plena aceptación y el despertar que él promete.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions153.htm#Q797

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

martes, 24 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-666

¿Existe una mente fuera del tiempo que crea las situaciones?

P-666: Tras leer algunas de tus respuestas tengo la idea de que hay algún tipo de mente que está fuera del tiempo y del espacio y que es en parte la conciencia que crea las situaciones, los estados, que incluso determina el lugar y la hora de nacimiento, y te lleva a lugares específicos y a personas concretas —todo esto de acuerdo con el contenido de esa mente. ¿Es acertada esta impresión?

Respuesta: Sí, lo es. La mente de la Filiación que ha elegido la separación está dormida, soñando con un mundo del que ella está a cargo, y al fabricar todas las cosas de este mundo refleja su decisión de separarse de Dios. Ella está fuera del tiempo y el espacio —que ella misma fabrica— porque la mente es pensamiento y no forma, y no puede "estar fuera de sí misma". Tal como Un Curso de Milagros enseña, esta mente puede proyectar sus pensamientos en la forma, pero dichos pensamientos no abandonan la mente que los origina: "Las ideas no abandonan su fuente, y sus efectos sólo dan la impresión de estar separados de ellas. Las ideas pertenecen al ámbito de la mente. Lo que se proyecta y parece ser externo a la mente, no se encuentra fuera en absoluto, sino que es un efecto de lo que está dentro y no ha abandonado su fuente" (T.26.VII.4.7-9). Dios comparte Su poder creador con Su Hijo que es uno con Él, y cuando la mente elige la separación el hijo proyecta la culpa por haber tomado esa decisión, que es un empleo erróneo de este poder. Esta culpa proyectada es el origen de las circunstancias de nuestras vidas a las que tú te refieres. Son efectos de la decisión de la mente de separarse. Su propósito es demostrar a la mente que tiene razón al creer que la separación es real y que ha tenido efectos reales. La estrategia funciona, pues cuando elegimos la separación nos experimentamos de hecho a nosotros mismos en cuerpos que tienen todo tipo de relaciones, y nos encontramos en situaciones que parecen estar fuera de nuestro control. Las circunstancias concretas que acontecen, tales como averías de fontanería o accidentes de tráfico, son los inevitables efectos de la decisión de la mente de identificarse con el sistema de pensamiento del ego. Este sistema es el que da lugar a todos los tipos de percances, porque está basado en esta importante regla del ego: "Busca, pero no halles" (T.12.V.7.1). Podemos estar seguros de que cualquier circunstancia que ocurra, o cualquier experiencia que tengamos en el mundo, nunca nos satisfará ni hará frente a nuestra verdadera necesidad. No encontraremos lo que buscamos; el mundo siempre nos fallará. También podemos estar seguros de que la vida a nivel del mundo siempre tendrá éxito en el cumplimiento del objetivo del ego de hacernos sentir víctimas de fuerzas que escapan a nuestro control.

La negación es uno de los principales trucos que la mente usa consigo misma para hacer que su plan funcione. Cuando la mente elige la separación, ella niega que haya tomado esa decisión y se disocia de su poder creador. Esto no significa que haya un poder externo a nosotros mismos que esté manipulando los eventos, como el Mago de Oz tras la cortina. Significa que la mente está de acuerdo en someterse a las leyes del ego identificándose con el cuerpo, creyendo así que la vida empieza con el nacimiento y acaba con la muerte. De este modo las leyes de Dios son negadas, y la inversión demente de estas leyes parece hacernos víctimas de cosas que escapan a nuestro control. Eso es precisamente lo que la mente intenta que creamos, con la finalidad de apoyar su afirmación de que la separación es real. Al elegir la separación, la mente colectiva de la Filiación ha llenado el mundo de accidentes y con un interminable bombardeo de eventos. Esto no es obra de la mente individual. Cuando la mente individual elige convertirse en víctima, podemos estar seguros de que algún accidente ocurrirá para que así nos sintamos víctimas. Esto no quiere decir que nosotros mismos nos pongamos a sabiendas en medio del camino de un camión para que nos atropelle; lo que quiere decir es que secretamente vamos en busca de un camión que nos pueda atropellar, en realidad con la esperanza de que aparezca uno frente a nosotros y nos atropelle, para así dar forma a nuestro elegido (y apreciado) tema de la victimización.

Los límites que el tiempo y el espacio imponen son "reales" en nuestra experiencia de ellos: el cuerpo, de hecho, morirá, y no podemos impedir que el sol salga cada amanecer. Dado que estamos dormidos y creemos que nuestro sueño es real, no se nos pide que dejemos de creer en estos acontecimientos, sino que nos cuestionemos nuestra interpretación de ellos. Los interpretamos de acuerdo con el ego o con el Espíritu Santo. El ego ve estos acontecimientos como prueba de que el mundo es real y de que somos las impotentes víctimas de su capricho. El Espíritu Santo, que representa a la parte de la mente que sabe que es una mente, enseña que los acontecimientos prueban que tenemos una mente, con un poder que podemos emplear erróneamente al fabricar un mundo físico del que Dios puede ser excluido para que así podamos seguir con nuestros guiones de separación. Esos son los dos posibles pensamientos/contenido entre los cuales la mente elige. Aunque la forma concreta de cualquier situación pueda ser la misma, puede ser usada para el propósito del ego (la separación/mundo es real) o para el del Espíritu Santo (la separación es imposible, el mundo es una ilusión).

Link original en inglés: http://facimoutreach.org/qa/questions/questions121.htm#Q666

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

lunes, 23 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-1197

¿No somos responsables, de alguna manera, por los actos de los demás?

P-1197: En las enseñanzas de la Fundación ((FACIM: Foundation for A COURSE IN MIRACLES, en español "Fundación para Un Curso de Milagros", es una Fundación que fue iniciada por Ken y Gloria Wapnick, con el objetivo de facilitar el estudio del Curso)), basadas en Un Curso de Milagros, a menudo he oído decir que no soy responsable de los actos de los demás pero que sí soy responsable de mi interpretación de sus actos. A nivel experiencial esto ciertamente parece ser la manera correcta de tomar responsabilidad y pedir ayuda para cambiar mi mente ((mi percepción)) sobre lo que hacen los demás, en vez de tratar de cambiarlos a ellos. Sin embargo, como estoy empezando a cuestionar cada vez más «¿Quién es el "tú" [yo] que vive en este mundo?» (T.4.II.11.8), ¿no es de ayuda recordarme a mí mismo que soy responsable de haber fragmentado mi Ser en el ser que experimento como siendo yo mismo y en los otros y que entonces he enfrentado estos fragmentos los unos contra los otros, con el fin de mantener la creencia en la separación, la culpa, el pecado, etc. (T.28.VI.4.7), y por lo tanto que soy responsable no solo de mis interpretaciones sino también de los actos de los demás? ¿Y no es este mismo recordar (que todos somos uno) una forma de corregir la creencia en la separación y en los intereses separados?

Respuesta: Sí, ambos niveles de corrección son parte del proceso de deshacer el sistema de pensamiento del ego que hemos aceptado como sustituto de la verdad. Usando la metáfora de una escalera, el segundo peldaño está mucho más allá del primero que tú describes, de reconocer que siempre interpretamos lo que otros hacen, y generalmente esa interpretación viene directamente de nuestro ego —y que eso es el problema, no lo que los demás hacen o dejan de hacer. Nuestro concepto del yo comienza poco a poco a cambiar a medida que practicamos esto y nos sentimos más cómodos pensando de esta manera. Se tiene que cambiar, pues nuestro concepto del yo "normal" está casi completamente definido por la percepción de que «"Yo soy la cosa que tú has hecho de mí (...)"» (T.31.V.5.3). Por lo tanto, cuando empezamos a darnos cuenta de que hemos construido nuestro concepto del yo basándonos en lo que resulta ser una trama insidiosa para concedernos a nosotros mismos la inocencia a expensas de Dios y de todos los demás, y entonces decidimos pedir ayuda para deshacer este engaño, nuestro sentido de quién somos experimenta una transición. Esto sucede sin que tengamos que enfocarnos realmente en cambiar ninguna otra cosa que no sean nuestras interpretaciones.

Esto es lo que nos lleva al siguiente paso —no es un proceso lineal, por supuesto— de comenzar a entrar en contacto con nosotros mismos como mentes que están siempre decidiendo si separarse de la unidad y seguir en un estado de separación e individualidad, culpando a otros por ese estado, o bien deshacer la serie de divisiones y aceptar nuestra verdadera Identidad de unidad con Dios, nuestra Fuente. Así que, sí, en algún punto nos daremos cuenta de que nuestra decisión de estar separados requería que nos dividiéramos en una multitud de figuras que se victimizarían las unas a las otras y que también serían víctimas de las fuerzas y circunstancias del propio mundo (T.18.I.4,5). En un nivel muy profundo, que es donde nuestra culpa es abrumadora, queremos que haya catástrofes, desastres y brutalidad para que así nuestro plan de permanecer separados pero sin sentirnos responsables por ello pueda funcionar.

Es esencial recordar que el yo responsable de esto no es el yo que pensamos que somos y que interactúa en el mundo: es la mente que se encuentra fuera del tiempo y del espacio la que toma estas decisiones. Pero no debemos esforzarnos en intentar experimentar ese yo más grande, ya que todos tenemos un miedo tremendo a dejar ir el yo con el que estamos familiarizados. En consecuencia, Jesús habla de su plan para ayudarnos a despertar dulcemente y sin miedo (T.27.VII.13), así que nuestra atención debería centrarse en desarrollar la confianza en Jesús y en su guía (T.4.VI.3.1; 6.1). Su amorosa presencia está siempre dentro de nosotros, para mirar con nosotros la terrible trama que estamos apoyando en nuestras mentes, para que podamos dar con él el siguiente paso de darnos cuenta de que todo es simplemente una expresión de una "diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse" (T.27.VIII.6.2). Por eso él nos dice que cuando pensemos en "la absurda proyección mediante la cual este mundo fue construido", que "no la llames pecado (...), tampoco la revistas de culpabilidad (...) y sobre todo, no le tengas miedo" (T.18.I.6.6,7,8,9).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions253.htm#Q1197

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

domingo, 22 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-671

¿Cuál es el significado y la importancia de los fantasmas?

P-671: ¿Fantasmas? Una creencia frecuente en el mundo, de hecho. Ten en cuenta los paralelismos —el alma perdida, viviendo en un mundo onírico, sin presencia física, negándose a darse cuenta de la muerte del cuerpo, y que no quiere abandonar el mundo que conoce. Parece que hay algo con respecto a esa idea de los fantasmas, ¿una creencia muy popular inventada por el ego para desechar nuestro recuerdo de la realidad y de la separación?

Respuesta: Uno de los trucos engañosos más comunes del ego es tomar un aspecto de su sistema de pensamiento y darle un significado más circunscrito dentro de nuestra experiencia, para que así no lo veamos como algo generalizado en nuestra "realidad" bajo su malévolo reinado. Así que se necesita de alguien que esté fuera de su sistema de pensamiento, o al menos no completamente identificado con él, para poder ver más allá de los velos del engaño y de la confusión, que han sido interpuestos entre esta falsa "realidad" y nuestra verdadera Identidad.

De modo que, por ejemplo, parece que experimentamos los estados diferenciados de dormido y despierto, siendo el soñar aparentemente un acompañamiento del estado de dormido. Así que creemos conocer la diferencia entre estar dormido y estar despierto, y entre los sueños y la realidad. Nunca nos preguntamos si los diferentes estados mentales que experimentamos en el mundo no podrían ser cambios absurdos dentro de un mismo sueño continuo, mientras seguimos durmiendo más y más. Debido a que creemos que hay una diferencia entre nuestro estado de vigilia y nuestro estado de sueño, nunca cuestionamos nuestra suposición de que sabemos qué es estar despierto. Pero Jesús sí lo hace (por ejemplo T.10.I.2,3; T.18.II.5).

Tenemos también las definiciones de la locura y de la enfermedad mental, que aplicamos solo a algunas personas pero no a otras, creyendo que sabemos lo que es la cordura y suponiendo que nosotros estamos cuerdos en este mundo. Así que, al creer que sabemos qué es la locura, nunca consideramos la posibilidad de que todos los pensamientos que tenemos en este mundo sean dementes. Pero Jesús piensa de otra manera (por ejemplo, T.9.VII.6; T.10.V.10; T.23.II.14).

Y luego pensamos que sabemos diferenciar entre la vida y la muerte, que para nosotros son claramente estados del cuerpo mutuamente excluyentes. Sabemos que estamos vivos, y podemos determinar —mediante criterios muy objetivos— quién está muerto. Así que nunca nos cuestionamos si toda nuestra existencia no podría ser una forma de muerte basada en la creencia de que podemos separarnos de la Vida. Pero Jesús puede conducirnos hacia una conclusión diferente (por ejemplo, T.23.II.19; L.167).

Y, por supuesto, pensamos que podemos decir la diferencia que hay entre el amor y el odio, porque creemos que podemos reconocer muy fácilmente las formas de cada uno. Así que nunca nos cuestionamos si lo que nosotros llamamos amor no podría ser simplemente una forma disfrazada del odio. Pero Jesús no se deja engañar (por ejemplo, T.16.VII.5; T.23.II.17; T.23.III.1,2; T.29.I.6,7).

De modo que sí, los fantasmas se vuelven otra distracción del ego —¿son reales, hay vida individual después de la muerte?— ocultando una verdad más profunda. Después de todo, los fantasmas, si existieran, sabemos que ellos serían algo diferente de lo que somos nosotros —vivos, sólidos y reales. Así que nunca consideramos la posibilidad de que, de hecho, el yo que pensamos que somos pudiera ser simplemente un sombrío fantasma de nuestro verdadero Ser. Y, una vez más, Jesús piensa de otra manera, y trata de ayudarnos a ver la naturaleza cadavérica de esta existencia fantasmal que llamamos vida.

Así que él señala las consecuencias de nuestra decisión en favor del ego y en contra de nuestro verdadero Ser:

Niega tu verdadera Identidad y no podrás escaparte de la locura que dio lugar a este extraño, antinatural y fantasmal pensamiento que se burla de la creación y se ríe de Dios. Niega tu verdadera Identidad, y te enfrentas al universo solo, sin un amigo: una diminuta mota de polvo contra legiones de enemigos. Niega tu verdadera Identidad y contemplarás la maldad, el pecado y la muerte, y verás la desesperanza arrebatarte de las manos todo vestigio de esperanza, dejándote solamente con ansias de morir (L.191.3, cursivas añadidas).

Sin embargo, Jesús no nos deja atrapados en la trampa del ego, sino que al reconocer que somos como niños pequeños, nos tranquiliza:

Los niños perciben fantasmas, monstruos y dragones espantosos y se aterran. Mas si preguntan a alguien en quien confían cuál es el significado de lo que perciben, y están dispuestos a abandonar sus propias interpretaciones en favor de la realidad, su miedo desaparece junto con ellas. Cuando se ayuda a un niño a que se dé cuenta de que lo que pensaba que era un fantasma es en realidad una cortina, el "monstruo" una sombra y el "dragón" un sueño, deja entonces de tener miedo y se ríe felizmente de su propio miedo.

Hijo mío, tienes miedo de tus hermanos, de tu Padre y de ti mismo. Pero estás simplemente engañado con respecto a ellos y con respecto a ti mismo. Pregúntale al Maestro de la realidad lo que son ellos y lo que eres tú, y al escuchar Su respuesta, tú también te reirás de tus miedos y los reemplazarás con la paz. Pues el miedo no se encuentra en la realidad, sino en las mentes de aquellos niños que no entienden la realidad. Es únicamente su falta de entendimiento lo que les asusta, y cuando aprenden a percibir correctamente dejan de tener miedo. Y así, cuando vuelvan a tener miedo preguntarán de nuevo cuál es la verdad. No es la realidad de tus hermanos, ni la de tu Padre ni la tuya lo que te asusta. No sabes lo que son y debido a ello los percibes a ellos y a ti mismo como fantasmas, monstruos y dragones. Pregúntale cuál es su realidad a Aquel que la conoce, y Él te dirá lo que ellos son. Pues tú no entiendes lo que ellos son, y, puesto que estás engañado con respecto a lo que ves, necesitas la realidad para poder desvanecer tus miedos.

¿No intercambiarías tus miedos por la verdad, teniendo en cuenta que puedes lograrlo sólo con pedirlo? Pues si Dios no está engañado con respecto a ti, únicamente tú puedes estar engañado con respecto a ti mismo. Puedes, no obstante, aprender del Espíritu Santo cuál es la verdad acerca de ti, y Él te enseñará que, al ser tú parte de Dios, el engaño no tiene cabida en ti (T.11.VIII.13,14,15).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions122.htm#Q671

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

sábado, 21 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-782(i)

¿Es real el dolor?

P-782(i): La lección 190, "Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor", afirma: «Pues el dolor proclama que Dios es cruel. ¿Cómo podría entonces ser real en cualquiera de las formas que adopta?» (L.190.1.5-6). Si el dolor es causado por otros seres humanos, ¿podría eso ser real? Jesús, en su Pasión, torturado por otros seres humanos, estuvo bajo un gran dolor antes de morir. ¿Era real su dolor o eso fue una ilusión?

Respuesta: A veces, en Un Curso de Milagros, Jesús habla solo sobre la verdad absoluta, cuando él está contrastando la verdad con la ilusión. En ese nivel (Nivel 1), solo Dios y el Reino del Cielo es real; todo lo demás es ilusorio. Ese es el nivel desde el que Jesús habla en la cita que has mencionado. Otro ejemplo del Nivel 1 lo tenemos en el párrafo 3: «Si Dios es real, el dolor no existe. Mas si el dolor es real, entonces es Dios Quien no existe» (L.190.3.3-4). Así que Jesús está diciendo que de ninguna manera podría el dolor ser real. Si fuera real, entonces Dios no podría ser Dios.

Jesús también nos habla en otro nivel (Nivel 2), porque nosotros creemos que hay realidad fuera del Cielo. Creemos que somos reales y que existimos en un universo físico real. A pesar de que Jesús sabe que la existencia fuera del Cielo no es real, él nos habla de ello como si fuese real, porque eso es lo único que nosotros podemos entender. La lección que él quiere ayudarnos a comprender es que nunca podríamos experimentar dolor a menos que hayamos tomado la decisión en nuestras mentes de sentirnos victimizados, y eso sería únicamente porque estaríamos tratando de proyectar nuestra culpa fuera de nuestras mentes hacia algo externo. Por lo tanto, ninguna cosa del mundo o del cuerpo es lo que aparenta ser. Todo es el efecto de una causa, la cual es siempre una decisión tomada en la mente.

Con respecto a la Pasión, Jesús explica en el Texto que los relatos bíblicos de su crucifixión no son exactos: en la sección "Expiación sin sacrificio" del capítulo 3 (T.3.I); en la sección "El mensaje de la crucifixión" del capítulo 6 (T.6.I). Él no se percibía a sí mismo como un cordero sacrificial ni como alguien perseguido ((T.6.I.11.1)). Lo que es tan radical con respecto al Curso es que nos enseña que todo sucede en nuestras mentes. En la mente de Jesús no había culpa; por lo tanto él no podía experimentar dolor, a  pesar de lo que parecía estar sucediéndole a su cuerpo. Del mismo modo, él nos enseña que la resurrección no tuvo nada que ver con su cuerpo. La resurrección se refiere a nuestro despertar del sueño de que estamos separados de Dios y de que somos culpables pecadores merecedores de castigo. En ese sentido, la resurrección tuvo lugar antes que la crucifixión.

Puede que desees leer nuestro libro "Un Curso de Milagros y el Cristianismo: un diálogo", cuyos co-autores son Kenneth Wapnick y un sacerdote filósofo-teólogo católico. Este diálogo entre dos amigos muestra las importantes diferencias que hay entre el cristianismo bíblico tradicional y lo que el Curso enseña. Desde el principio hasta el final, se muestra que los dos sistemas son sistemas de pensamiento mutuamente excluyentes. Esto no quiere decir que no puedas practicar ambos, pero sería de ayuda ser consciente de hasta qué punto los dos sistemas difieren.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions149.htm#Q782i

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

viernes, 20 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-853

¿Cuáles son los tres yoes (A, B, C) mencionados en "Todos son llamados"?

P-853: El capítulo 4 del libro "Todos son llamados", volumen I de "El mensaje de Un Curso de Milagros", ofrece una extensa descripción de nuestros tres yoes. Me quedé atascado varias veces tratando de "ir al grano". Te agradecería que me dijeras si lo he comprendido correctamente: el yo A es el santo Hijo de Dios que por un breve momento se asustó y por tanto ya no era completo. Como resultado, el yo A se dio cuenta de que ahora estaba en la tierra del bien y del mal y se sintió culpable por eso. A continuación, al yo A se le ocurrió que si culpaba a algún otro —al yo B— entonces dejaría de sentirse culpable. De modo que el yo B se convirtió en la inocente víctima del yo A. El yo C se convierte en la víctima del cuerpo y odia a todo el mundo. ¿Y eso sigue dando vueltas y más vueltas?

Respuesta: Un valiente esfuerzo, pero vamos a ver si podemos conseguir un poco más de claridad en esta parte central del mito del ego de la separación y el pecado, tal como es puesto al descubierto en el Curso. La descripción de los tres yoes que has mencionado del capítulo 4 de "El mensaje de Un Curso de Milagros", volumen I, es en realidad una extensión al nivel del mundo y de los cuerpos individuales de lo que se presentó en el capítulo 2 para explicar la división inicial A-B-C que ocurría al nivel del pensamiento en la mente, anterior a la proyección de los cuerpos y del mundo. Así que es ahí, en la mente, donde tenemos que empezar, si queremos que lo que mencionas del capítulo 4 tenga sentido.

Comenzando entonces en el nivel de la mente, el yo A no es el santo Hijo de Dios, sino el pensamiento ilusorio de un yo separado el cual nosotros —como el Hijo durmiente— creemos habérselo arrancado a Dios cuando quisimos que la separación de Él fuese real. Es una ficción que hemos inventado en nuestro febril sueño egoico, y nos hemos identificado con este yo ficticio, considerándolo como nosotros mismos. Y este yo separado es el hogar original del pecado y la culpa, de acuerdo con la historia del ego, porque su vida vino egoístamente a expensas de Dios, al destruir Su Unidad para ponerse a sí mismo en una existencia separada y autónoma.

CIELO - ESPIRITU
(el puro Ser, sin límites de ningún tipo, total Unidad y Plenitud) (Antes de las divisiones del sueño de la dualidad)
1ª división de la mente
2ª división de la mente

((Las ilustraciones de este post no pertenecen al original en inglés, sino que son unas improvisaciones para este blog))

En este punto de la mente delirante del Hijo, no hay nada más —no hay una tierra o lugar que el yo A parezca ocupar, ni mundo, ni ningún otro ser, ningún otro yo. Ahora bien, para lidiar con la inmensa culpa —que su ego dice que es real— de haber destruido a Dios Mismo, sí, el Hijo como yo A quisiera poder culpar a algún otro, para vaciar la culpa en alguna otra parte. Pero no hay nadie más a quien culpar, ningún otro ser. Así que la solución, basándose en la única dinámica disponible en la mente dividida del Hijo —la idea de separación— es separar/dividir al yo A en dos yoes, B y C, identificándose con el yo B y empujando toda la culpa sobre el yo C. Según la delirante imaginación del Hijo, ahora el yo C se convierte en el enfadado Dios iracundo que se dispone a castigar al Hijo, el yo B, por su pecado contra Él. Pero por supuesto, el pecado y la culpa atribuidos al yo C, ahora vistos como separados del yo B, no son otra cosa que el pecado y la culpa del yo A, separados (proyectados sobre el yo C). Pero esto es lo que permite al Hijo, ahora identificado con el yo B, creer que la culpa ya no está en él, siendo él ahora "inocente". Todo esto es tanto una fantasía delirante como la primera "creación" del yo A.

3ª división de la mente

Así que parece que el yo A ha desaparecido de la escena, quedando únicamente el yo B y el yo C en la mente. Como el Hijo, ahora estamos identificados con el "inocente" yo B, que es la potencial víctima del yo C, en quien está ahora toda la culpa y el pecado. Una vez más, recordemos que todo esto está ocurriendo únicamente en el nivel del pensamiento ((sin mundo, ni cuerpos, etc)). Para que el drama pueda desarrollarse y podamos convencernos a nosotros mismos de que verdaderamente somos "inocentes" víctimas, necesitamos un mundo de tiempo y espacio, y, en particular, cuerpos. Pues los cuerpos son vulnerables y débiles, y demuestran de manera convincente que somos impotentes para cambiar de manera significativa lo que nos está ocurriendo —un caso claro de victimismo. Así que la mente parece fragmentarse en millones de pedazos, pero cada uno de esos fragmentos conserva esa misma progresión desde un yo-A-culpable hasta un yo-B-inocente, con toda la culpa ubicada ahora en un culpable yo C, que es la parte separada del yo A con la que ya no nos identificamos. Y cada fragmento de la mente del Hijo parece desarrollar este conflicto, ahora proyectado desde la mente sobre la pantalla del mundo, cada uno tratando desesperadamente de afirmar su inocencia mediante la demostración de la culpa de todos los demás. Y necesitas un cuerpo para poder señalar con el dedo acusador a quien tiene la culpa. Sólo que cada fragmento está tratando de jugar al mismo juego de la culpa. Y así, para nosotros mismos, somos cada uno un inocente yo B, pero para todos los demás somos un yo C victimizador. Y la culpa se cambia de un lado a otro, pero su realidad nunca es puesta en duda.

4ª división de la mente

Sólo cuando podemos abandonar nuestra identificación con la división B-C en el mundo —de vuelta al culpable pero olvidado yo A en la mente— es cuando podemos empezar a mirar a nuestra propia culpa, la cual no tiene nada que ver con las aparentes relaciones entre B y C en el mundo. Pues ellas son sólo sombras del pensamiento de culpa en la mente. Y cuando volvemos nuestra atención hacia el ilusorio yo A en la mente, podemos por fin cuestionar la realidad de la culpa. Es mediante este proceso de primero reconocer dónde se origina la culpa y entonces cuestionar su realidad —que es a lo que el Curso llama perdón— como podemos empezar a recordar al verdaderamente inocente yo A' ((léase: "A prima")) que todos compartimos (ver capítulo 5 del volumen I de "El mensaje ..."). Al mismo tiempo, mientras seguimos identificados con el cuerpo en el mundo, empezaremos a ver al yo B' y al yo C' como lo mismo ((léase "B prima" y "C prima"; puede consultarse también el gráfico del capítulo 5 de "El mensaje ...", en la pág. 157 de la publicación en español)), en vez de verlos como diferentes —ambos atrapados en un sistema de pensamiento demente, creyendo que la culpa es real y buscando desesperadamente escapar de ella. Con el tiempo, a medida que practiquemos el perdón, nos identificaremos cada vez más con el inocente yo A', el cual es un reflejo de nuestro verdadero Ser como Cristo, Quien no tiene nada que ver con ninguno de los A, B o C.

Para una discusión adicional de las divisiones de la mente que se expresan en el mundo, ver las preguntas P-176 y P-630.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions167.htm#Q853

jueves, 19 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-176

Aclaración de las divisiones segunda y tercera

P-176: Estoy revisando el taller sobre "Separación y perdón", de 1989. ¿Podría comentar algo sobre la segunda y la tercera división? Es casi como si ellas se solaparan entre sí.

Respuesta: La segunda división representa a la mente dividida volviéndose a dividir en dos: la mente correcta y la mente errada, los sistemas de pensamiento respectivamente del Espíritu Santo y del ego.


2ª división de la mente

((La ilustración anterior —al igual que la de más abajo— no aparece en el original en inglés, sino que es una improvisación para este blog)) 

La tercera división sucede únicamente dentro de la egoica mentalidad-errada, y expresa los esfuerzos del ego para mantener intacta su separación, al primero separarse de la mente correcta, y luego escindir su ser separado (al cual hemos llamado "yo A") en dos componentes: los yoes B y C. El yo C es el proyectado almacén del pecado (anteriormente parte del yo A), lo cual deja al separado yo B como liberado del pecado. En otras palabras, el separado y pecaminoso yo A, menos el pecado, deja un yo separado y sin pecado (el yo B): A-C=B.

3ª división de la mente

Todo esto se explica con mucho más detalle (junto con las divisiones primera y cuarta) en el libro de Kenneth "El mensaje de Un Curso de Milagros", volumen 1 "Todos son llamados", capítulos 2 y 3. Ten en cuenta que este esquema es simplemente un intento simbólico de retratar las dinámicas del sistema de pensamiento del ego que Un Curso de Milagros describe. Estas dinámicas se centran en la estrategia del ego de mantenernos como un ser separado, pero sin el pecado que atraería la severa ira de Dios sobre nuestras cabezas. Ahora el pecado se encuentra en otro (en el yo C), que es quien merece el castigo que secretamente creemos merecer nosotros.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions35.htm#Q176

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-630

¿Cuáles fueron las "divisiones" de la mente que condujeron a nuestra situación actual?

P-630: Recuerdo haber oído decir a Ken Wapnick, en una cinta de un taller, que al igual que la mente errónea se divide, la mente correcta se divide también. ¿Podrías comentarnos algo sobre estas divisiones de la mentalidad-correcta?

Respuesta: Las divisiones de la mentalidad-correcta no son divisiones per se, sino que son simplemente las correcciones del Espíritu Santo para los engaños de las divisiones de la mentalidad-errada. Puesto que nos encontramos auto-identificados como cuerpos en el mundo, al final de la serie de divisiones el ego nos ha llevado tan lejos como posiblemente puede de la verdad de Quién somos como espíritu, y la respuesta de la mentalidad-correcta es simplemente el deshacimiento de estas divisiones, en orden inverso.

Brevemente, la primera división del ego es lo que parece expulsarnos de la unidad del Cielo, dando comienzo al sueño de la separación, el cual parece establecernos como una mente separada que tiene conciencia e independencia de su Fuente. En este punto, nuestra ilusoria existencia independiente es muy vulnerable, muy frágil, ya que se necesita muy poco para recordar nuestra realidad como único Hijo de Dios, perfectamente unido con Él y perfectamente en paz, lo cual es lo que el Espíritu Santo —presente en nuestra mente— representa. Así que, para proteger nuestra individualidad, la segunda división implica nuestra decisión de identificarnos completamente con el ego y apartar al Espíritu Santo de nuestra conciencia, olvidando con ello que el ego es una decisión que hemos tomado, y no nuestra realidad.

CIELO - ESPIRITU
(el puro Ser, sin límites de ningún tipo, total Unidad y Plenitud) (Antes de las divisiones del sueño de la dualidad)
1ª división de la mente
2ª división de la mente
((Las ilustraciones de este post no pertenecen al original en inglés, sino que son improvisaciones para este blog))

La tercera división del ego incluye el ingenioso mito del ego —el mito del pecado, la culpa y el miedo— en el cual vemos la separación no solo como real, sino como un pecaminoso ataque contra Dios, un ataque en el cual hemos destruido a Dios como consecuencia de haber quebrantado la perfecta unidad del Cielo, en la cual Dios tiene Su Ser. El sentimiento de culpa por este pecado es abrumador y nuestra única defensa contra eso, si eso es real, es apartar el pecado y la culpa y proyectarlos fuera de nosotros mismos sobre un Dios inventado, Quien se convierte en el colérico vengador, decidido a vengarse de nosotros por nuestro pecado contra Él.

3ª división de la mente

Pero, como sucede con cada una de las divisiones del ego, esto conduce a su propio conjunto de problemas, requiriéndose aún otra división defensiva. Pues si estoy existiendo en la mente junto a este Dios maníaco, que está empeñado en mi destrucción, tengo que escapar. Así que la cuarta y última división implica proyectar mi propia identidad sobre un mundo de formas y cuerpos, escapándome de mi mente y ocultándome en el mundo. Pero lo que el ego ha omitido decirme es que esta solución implica la proyección de todos los contenidos de mi mente-errada hacia dentro del mundo de la forma, por lo que ahora vivo en un mundo de miedo. Porque todo el pecado y la culpa siguen rodeándome, pero ahora de manera externa a mí —en el mundo y en todas mis relaciones. De modo que la vulnerabilidad y la fragilidad originales del pensamiento de separación en mi mente son ahora la base de mi identidad como un cuerpo en el mundo. Por supuesto, la ventaja de esta disposición final es que todavía soy un individuo, pero parece que fuerzas ajenas a mi voluntad han dado lugar a mi existencia. Y si yo soy la víctima inocente de un mundo culpable y pecaminoso, cómo puedo ser considerado responsable de aquel ataque original sobre Dios. ¿Acaso podría ser yo tan poderoso como para hacer eso? ¡Basta con mirar a este patéticamente débil ser que soy, a pesar de mis mejores esfuerzos para fortalecerme y protegerme física, psicológica y emocionalmente contra este mundo hostil!
4ª división de la mente

Así que aquí nos encontramos, tan alejados de nuestra verdadera Identidad como espíritu como el ego posiblemente podría tentarnos a ir. Y es con esta cuarta división cuando la corrección de la mentalidad-correcta tiene que comenzar. No se nos pide negar nuestra experiencia de nosotros mismos como cuerpos en el mundo —el resultado de la cuarta división— sino estar abiertos a una interpretación diferente de esa experiencia. En vez de centrarnos en las diferencias tal como el ego nos ha animado a hacer —viendo mi inocencia como dependiente de probar tu culpabilidad—, a lo que nos invita Un Curso de Milagros es en primer lugar a empezar a darnos cuenta de que todos somos iguales, luchando con nuestros sentimientos de culpa y tratando de proyectarlos sobre todos los demás. En otras palabras, todos compartimos los mismos sentimientos de culpa y la misma necesidad de ser liberados de ella. A medida que empezamos a aceptar esta idea de los intereses compartidos, nos volvemos más conscientes de que somos una mente que está tomando decisiones de ver al mundo y a los demás de ciertas maneras, en lugar de ser simplemente un cuerpo victimizado, aunque es casi seguro que continuaremos experimentándonos a nosotros mismos como víctimas gran parte del tiempo. Y así comenzamos gradualmente a deshacer la división final.

A medida que empezamos a ver el mundo y nuestras relaciones de otra manera, estaremos más dispuestos a mirar el pecado y la culpa enterrados en nuestra propia mente, reconociendo su verdadera fuente en nuestra identificación con el ego, comenzando así a reducir nuestra inversión en la tercera división. Y la corrección de la mentalidad correcta para esta disposición a mirar honestamente, será el reconocimiento de que hay una alternativa en nuestra mente al pecado, la culpa y el miedo que hasta ahora hemos sentido la necesidad de apartar y proyectar fuera de nosotros mismos. Y esa alternativa es el Espíritu Santo, el Recordatorio de la verdadera inocencia que compartimos con todos los demás, a medida que dejamos ir la necesidad de hacer las diferencias reales. Y así el muro que separa la mente correcta y la mente errada, el cual habíamos tratado de hacer impenetrable con la segunda división, comienza a volverse más poroso, permitiendo que más de la luz de la mente correcta brille sobre la oscuridad de la mente errada, revelando cada vez más su naturaleza ilusoria.

El deshacimiento de estas tres divisiones es el foco de las enseñanzas del Curso, y se trata de un proceso que requerirá de una gran voluntad por nuestra parte a lo largo del tiempo, pues el yo con el que estamos identificados en el mundo —el resultado de la cuarta división— perderá su significado y su atractivo para nosotros con el transcurso del tiempo, a medida que practicamos el perdón que la sanación de las divisiones requiere. Pero a lo largo del camino, ese cambio engendra un miedo tremendo mientras aún sigamos invirtiendo en la separación y en el yo separado, único e individual considerándolo real.

Al final del proceso, una vez que hemos permitido que la barrera que hemos interpuesto entre la mente correcta y la mente errada se disuelva completamente en la luz del perdón total, estaremos en el mundo real, todavía conscientes del sueño de la separación pero completamente inafectados por él. Y es en este lugar de completa sanación donde estaremos preparados para el deshacimiento de la primera división, consumada mediante lo que el Curso llama metafóricamente el "último paso de Dios" (por ejemplo, T.7.I) ((o también: T.11.VIII.15.4-5; L.168.3.2 y C.4.8.3)), en el cual Él nos alza sacándonos del sueño de la dualidad y devolviéndonos a la unidad absoluta del Cielo, el cual en realidad nunca hemos dejado.

Aunque hemos descrito el proceso de deshacer las ilusiones como si fuera lineal, en realidad no lo es, al igual que el milagro, o el instante santo, el cual está implicado en deshacer la segunda, la tercera y la cuarta división y ocurre fuera del tiempo y del espacio. De modo que nuestra experiencia será que vamos dando vueltas, yendo y viniendo entre los diversos niveles de las divisiones una y otra vez en el transcurso del tiempo. Por ejemplo, el Espíritu Santo puede parecer ser una parte de nuestro proceso de sanación casi desde el principio de nuestro trabajo con el Curso, pero no entenderemos realmente la naturaleza de Su realidad hasta que hayamos llegado a entender en más profundidad la naturaleza de la mente dividida. Y a pesar de nuestro creciente reconocimiento de que nuestra única decisión real se toma en la mente, seguiremos quedando atrapados en nuestros guiones de ser una víctima en el mundo, y tendremos que recordarnos a nosotros mismos que en realidad somos lo mismo que todos nuestros hermanos.

Los interesados en una exploración más a fondo de las cuatro divisiones pueden encontrar útil la colección de cintas "Separation and Forgiveness: The Four Splits and Their Undoing" (("La separación y el perdón: las cuatro divisiones y su deshacimiento", audio en inglés)) y la Parte 1 "Todos son llamados" del libro "El mensaje de Un Curso de Milagros" (siendo Kenneth Wapnick el autor de ambas publicaciones). ((El libro "El mensaje de Un Curso de Milagros" está traducido al español y en España lo ha publicado la editorial El Grano de Mostaza: http://elgranodemostaza.com/libros/kenneth-wapnick-mensaje-de-un-curso-de-milagros/))

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Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions112.htm#Q630

Posts relacionados en español: P-853 y P-176.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-165

¿Hay un solo soñador del sueño, o muchos? 

P-165: Estaba sentado en mi sala de estar, con mi hijo de 6 meses en mi regazo, cuando me vino una pregunta. Estaba pensando en que el Espíritu Santo ni siquiera sabe acerca de mí o de mi hijo, sino que solo ama al soñador del sueño. Mi pregunta es: ¿Es el soñador el mismo para todas las aparentes personas del universo? ¿Es un único soñador o son millones de soñadores proyectando su culpa sobre el mundo? ¿Compartimos mi hijo y yo la misma mente errada y la misma mente correcta?

R: Siempre que hablamos de ideas afirmando una creencia en la separación y la dualidad, independientemente de si estamos hablando a nivel de la mente dividida o a nivel de sus proyecciones en el mundo de la forma y de los cuerpos, estamos hablando en términos de mitos e ilusiones. Así que el soñador del sueño y el Espíritu Santo, en última instancia, no son más reales que quienes crees que tu hijo y tú sois. Por lo tanto, cualquier respuesta a tu pregunta no debería ser considerada como una descripción de la realidad, sino que debe ser evaluada únicamente en términos de su utilidad para ayudarnos en nuestra práctica del perdón —la única ilusión que no nos lleva a fomentar más ilusiones (C.3.1.3-4).

En la versión del mito de la separación que da Un Curso de Milagros, todo comenzó con la única mente del único Hijo de Dios aparentando caer dormida y soñar un sueño de separación. Y esa única mente se dividió en la mente errada (el ego) y la mente correcta (el Espíritu Santo), junto con la parte de la mente que tenía el poder de elegir entre las dos (esa parte elegidora de la mente es el soñador o tomador-de-decisiones). En el sueño no hay más que esa única mente dividida. Pero como parte de la defensa del ego para protegerse de su propia culpa y ansiedad, ocultándose de Dios para que la vida que el Hijo le robó al Padre no sea tomada de vuelta, el Hijo adoptó la estrategia del ego de una mayor separación en millones y billones de fragmentos aparentemente únicos, que serían experimentados como mentes individuales independientes. Pero cada fragmento, siendo una parte separada de la única mente separada del Hijo, comparte el mismo contenido básico: una mente errada, una mente correcta, y el poder de elegir entre ambas.

El fenómeno que llamamos trastorno de personalidad múltiple o trastorno de identidad disociativo (ilustrado dramáticamente en películas como "Las tres caras de Eva" y "Sybil") proporciona un modelo útil para reflexionar sobre este proceso de fragmentación. Las personalidades aparentemente separadas e independientes son el resultado de la escisión de la única mente con el fin de protegerse a sí misma de la intensa ansiedad y culpa asociadas por lo general a una figura paterna.

Aunque esta fragmentación ilusoria fue en primer lugar la estrategia del ego para defenderse contra Dios, aún así puede ser usada también para el propósito del perdón del Espíritu Santo. Dado que cada mente aparentemente separada tiene la misma opción ((para elegir)) básica plenamente representada en sí misma, su decisión en favor de la salvación a través de la práctica del perdón no depende ni se ve afectada por ninguna otra mente separada. En otras palabras, cada mente fragmentada no puede ser víctima de ninguna otra mente, pues cada una es totalmente responsable de su experiencia. Y al aceptar la responsabilidad por esa experiencia y aprender que tal experiencia representa una elección, cada fragmento puede aprender con el tiempo a elegir en favor del Espíritu Santo en lugar de en favor del ego. Cuando, finalmente, la decisión en favor del Espíritu Santo es tomada definitivamente de una vez por todas, entonces el aparente fragmento reconoce que no hay separación y que la mente es una, tal como lo ha sido desde el principio.

La semejanza con las intervenciones terapéuticas en los casos de personas con personalidades múltiples resulta ilustrativa de nuevo. El objetivo es lo que se llama integración: con el tiempo, las diferentes personalidades son integradas, tal como las barreras que hay en la conciencia, hechas de componentes separados, son eliminadas para que la mente reconozca su integridad ((totalidad, plenitud)) otra vez.

Entonces, para responder a tu pregunta específica, hay una única mente soñando el sueño de la separación y proyectando su culpa sobre un mundo que ella ((esa única mente)) hizo para ese propósito. Pero nuestra experiencia mientras creemos que cada uno somos un fragmento separado es que mi mente es independiente de la tuya, que yo estoy soñando mi propio sueño independiente de separación, y que puedo elegir al ego o al Espíritu Santo independientemente de lo que tú puedas estar eligiendo. Y con este entendimiento, el auténtico perdón se vuelve ahora posible.

Link original en ingléshttp://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions33.htm#Q165

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

domingo, 15 de noviembre de 2015

Facimoutreach P-418

¿Qué se entiende por un "reflejo del amor"? 

P-418: ¿Qué significa la expresión "reflejo del Amor"? Si no hay amor en este mundo, ¿cómo puedes decir qué es un reflejo del amor? Conozco a muchos estudiantes de Un Curso de Milagros que van por ahí diciendo que ellos están "extendiendo" el amor. Lo hacen mediante actos, hechos y pensamientos. Esto no parece ser lo que el Curso está diciendo. Si no hay amor en el mundo, ¿cómo puede uno extender el amor en el mundo? Puedo entender que no haya amor en el mundo, dado que Dios es Amor, y Dios no sabe de este mundo. Pero esta cosa reflejada parece tenerme en suspenso. ¿Podéis ayudarme?

Respuesta: Es importante recordar que cuando el Curso habla de la extensión o del reflejo del amor, se dirige a la mente que elige identificarse con la parte de la mente que recuerda a Dios, no al individuo separado que se identifica con el cuerpo en el sueño. En realidad, el Hijo no puede separarse del Padre ni puede borrar el recuerdo de Él; por lo tanto, una parte de la mente conserva el recuerdo de Dios. Es esta parte la que es un reflejo del Amor de Dios. Cuando la mente elige identificarse con este amor, él fluye a través de la figura ((personaje)) del sueño y de este modo se extiende. No está limitado por forma alguna de ningún tipo, pero toma la forma que sea más útil en cualquier situación o con respecto a cualquier persona. Esto no es un acto de voluntad ni una decisión por parte de un individuo para realizar "actos amorosos" concretos, tal como podemos definirlos.

Es poco probable que los que se identifican con la parte de la mente que refleja el Amor de Dios vayan por ahí diciendo que ellos están "extendiendo" el amor. Si lo hacen, espero que sean conscientes de que "ellos" no son los que llevan a cabo la extensión. La figura del sueño no hace nada. No se nos pide usar nuestro juicio para evaluar cualquier situación o para determinar qué es o no es una respuesta amorosa. Tal como el Curso nos recuerda clara y repetidamente, nuestra función es el perdón. Se practica mediante el reconocimiento de todos los pensamientos no amorosos y los juicios que podamos albergar, pidiendo que sean transformados por el Espíritu Santo. A continuación hacemos lo que el Curso nos invita a hacer: «Hazte a un lado tranquilamente y deja que la curación se lleve a cabo por ti. Mantén un solo pensamiento en la mente y no lo pierdas de vista, por muy grande que sea la tentación de juzgar cualquier situación, y de determinar tu reacción basándote en los juicios que has hecho de la misma. Concentra tu mente sólo en esto: No estoy solo, y no quiero imponer el pasado a mi Invitado. Lo invité y Él está aquí. No tengo que hacer nada, excepto no interferir» (T.16.I.3.7-12). Una vez que hemos llegado a esta no interferencia, todo lo que queda es el reflejo del amor.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions75.htm#Q418

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-1357

¿Por qué debo preguntarle a Jesús antes de realizar un milagro?

P-1357: En el Texto de Un Curso de Milagros Jesús nos dice que le preguntemos antes de obrar un milagro (T.1.III.4.3). No entiendo qué podría hacer yo que fuese necesario que le preguntara a Jesús si debería hacerlo. ¿Hay otro proceso que estaré haciendo en el futuro y que todavía no entiendo?

Respuesta: El tema central de los primeros principios y del primer capítulo del Texto al que tú te refieres es que los milagros cambian nuestra percepción, y que es por eso por lo que sanan. Sin embargo el foco de nuestra atención está casi siempre en nuestros cuerpos: nuestra planificación y nuestras actividades están casi siempre centradas en lo que es bueno o malo para los cuerpos. Por eso, justo al principio del Texto Jesús empieza a entrenarnos a enfocarnos de una manera diferente: no en nuestros cuerpos, sino en las decisiones que tomamos en nuestras mentes, porque estas decisiones son la raíz tanto de nuestros problemas como de su solución. Así que más adelante él nos insta: «No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él» (T.21.introd.1.7).

El principal medio para cambiar nuestro enfoque de lo externo a lo interno en las primeras etapas de nuestro trabajo con el Curso es aprender a pedirle ayuda a Jesús antes de actuar. Esto nos libra gradualmente del hábito de suponer que sabemos qué es mejor para nosotros mismos o para otros —en otras palabras, que sabemos qué milagros conviene realizar. Por consiguiente, no se trata tanto de hacer algo, sino de aprender gradualmente a enfocarnos en el propósito que hemos elegido a nivel de nuestra mente con respecto a lo que estemos haciendo. Jesús nos enseña que lo que hacemos no es importante en términos de nuestro viaje espiritual; lo importante es la decisión que hemos hecho en nuestra mente de qué maestro va a guiarnos con respecto a lo que hacemos. Esa decisión y solamente esa, es la que nos va a mantener dormidos en el sueño de estar separados de Dios o la que va a ayudarnos a darnos cuenta de que somos los soñadores de ese sueño, lo cual nos llevará en su momento a despertar de él completamente.

Link original en ingléshttp://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions296.htm#Q1357

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

Facimoutreach P-997

¿Por qué dice Jesús que los milagros son para aquellos que pueden usarlos en beneficio de sí mismos? 

P#997: Hacia el principio del Texto, Jesús dice que los milagros se dirigen directamente hacia aquellos que pueden usarlos para beneficio propio ((T.1.III.9.1)), y también comenta que sólo él está en posición de saber dónde pueden concederse ((T.1.III.8.5)). Lo que no entiendo es: ¿No se necesitan en todas partes? ¿No podrían todos aquellos que caminan con dolor en esta tierra usar los milagros para sí mismos? Jesús parece insinuar que solo algunas personas necesitan de los milagros. ¿Puedes explicarlo?

Respuesta: Al leer Un Curso de Milagros es muy útil que recordemos que Jesús nos está hablando frecuentemente de una manera simbólica, poética. Tomadas fuera de contexto, sus palabras a veces puede parecer que contradicen el mensaje general del Curso. Sin embargo, cuanto más estudiamos el Curso, más claro resulta que él no se contradice, sino que más bien lo que hace es reafirmar una y otra vez los mismos temas con algunas ligeras variaciones, esperando que, en algún momento, captaremos lo que él está tratando de decirnos. Teniendo esto en cuenta, echemos un vistazo ahora a las dos cuestiones que mencionaste.

Ambas frases vienen en el capítulo 1, cuando Jesús está explicando lo que él quiere decir con la palabra "milagro". La mayoría de nosotros siempre hemos pensado en los milagros como un evento extraordinario en el mundo externo o físico. Jesús nos indica que en el contexto del Curso, un milagro es únicamente un cambio de la percepción del sistema de pensamiento del ego (basado en el pecado, la culpa y el miedo), hacia el sistema de pensamiento de perdón del Espíritu Santo. En otras palabras, un milagro es un evento enteramente interno que sucede únicamente en la mente y que no tiene nada que ver con el mundo. Puede parecer que los milagros ofrecen resultados en este mundo, pero eso es un reflejo del milagro, o del pensamiento cambiado (cambio de mentalidad), no el milagro en sí mismo.

Tienes razón en que cualquier persona que piense que está aquí, podría hacer uso de un milagro. De hecho, es exactamente eso lo que Jesús está tratando de decirnos. Cuando dice: «Los milagros son selectivos únicamente en el sentido de que se canalizan hacia aquellos que los pueden usar en beneficio propio» (T.1.III.9.1), él no quiere decir que los milagros estén disponibles únicamente para algunas personas. De hecho, lo que él quiere decir es exactamente lo contrario cuando al principio de la frase dice: "(...) únicamente en el sentido (...)". Nos está diciendo que hay un único sentido en el que los milagros no son universales, y eso es en cuanto a la forma que toma el milagro o la corrección dentro de nuestra mente.

Aunque el contenido de un milagro es siempre el cambio desde los pensamientos que proyectan culpa hasta los pensamientos que extienden amor, el pensamiento corrector concreto se mostrará siempre en nuestra mente de una manera idealmente apropiada para remediar el pensamiento concreto que hizo que la corrección fuese necesaria. Por ejemplo, puede que yo tenga que perdonar a un padre abusivo y en cambio tú tengas que perdonar a un socio por el cual te sientes traicionado. Ambos, dado nuestro dolor, podemos recurrir a Jesús o al Espíritu Santo en nuestra mente y pedirles que nos ayuden a ver las cosas de otra manera. Así ambos encontraríamos la inspiración de los pensamientos de perdón, los cuales aplicaríamos a nuestra situación concreta. Si quisiéramos expresar esta idea más técnicamente (con más precisión), podríamos decir que incluso dentro de nuestro propio pensamiento, la forma que la corrección parece tomar es realmente el reflejo del milagro o del cambio de pensamiento, no el milagro mismo. Pero eso es técnicamente más preciso que lo que a Jesús le convenía para expresar la idea en esta parte del Texto.

Jesús también afirma: «El hecho de que el milagro pueda tener efectos en tus hermanos de los que ni siquiera eres consciente no debe preocuparte. (...) dado mi absoluto conocimiento del plan en su totalidad, yo debo controlar su ejecución. La naturaleza impersonal de la mentalidad milagrosa asegura tu gracia, pero sólo yo estoy en posición de saber dónde pueden concederse» (T.1.III.8.1,4-5). Él no está queriendo decir que haya personas que no necesiten de los milagros. Simplemente nos está diciendo que aunque el milagro es un cambio en nuestra mente, no deberíamos tratar de controlar los milagros, decidir cuándo son necesarios o determinar la manera en que se van a expresar. Sino que deberíamos preguntarle a él, como nuestro más sabio maestro interior, para tomar tales decisiones.

Una vez más, Un Curso de Milagros es mucho más fácil de entender si lo abordamos como la poesía o una sinfonía, en lugar de como un meticuloso informe científico. Cuando nos centramos con demasiada insistencia en las palabras, el Curso puede parecer (por tomar metáforas de Jesús) como no más que "unas cuantas notas sueltas". Pero cuando nos unimos con él ((con Jesús)), yendo más allá de sus palabras para conectar con el amor que las inspira, vemos cómo esas notas sueltas forman un coro todo-abarcador (T.31.VIII.11.5).

Link al original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions203.htm#Q997

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html